Don Gato y su Pandilla

A Don Gato y su Pandilla le debemos mucho los latinos, pero que él no se entere o de seguro nos querrá cobrar mucho más.

De él aprendimos lo que es esquilmar tal cual lo hacía su tío que fingía ser esquimal; que un leve cambio de atuendo y unos pañuelos blancos en la cabeza son suficientes para hacerse pasar por árabes y estar en un hotel sin pagar, que te den dinero para apostar e inviten a tu yegua a correr el Derby de Kentucky.

Y esa fue una enseñanza tan buena que en los años setenta llegó a Venezuela un hombre vestido de árabe y estafó a todos haciéndose pasar por magnate y se fue lleno de dinero, tanto así que -como siempre a los malos- le hicieron una película para televisión llamada “el Jeque sin Fondos”. Se vio que tomó clases con Top Cat.

Ahora que lo pienso bien, el sentido que tiene hablar de Don Gato y su Pandilla proviene de su capacidad de estafar y no gozar lo estafado, lo que es la verdadera justicia poética.

Nada más pensemos en el episodio “El Gran Tour” donde crea un paseo turístico falso por New York y lo que recabó, terminó pagándolo en multas.

En la actualidad, cuando hay tanto qué ver en Nueva York y disfrutar, hay que agradecer que esas estafas no se dan ya, porque la ciudad cuida, venera, idolatra y le tiene 4 cirios encendidos al turismo y vela por los turistas, ya que todo lo que genere dinero, interés y dinamismos, es un valor neoyorquino.

¡Eso!, eso fue lo que le sucedió a Don Gato y su Pandilla en los Estados Unidos, que no tuvieron tanta pegada porque, aunque al final de cada capítulo mostraban que la vagancia y viveza no daba frutos, el contenido iba en contra de los intereses nacionales.

Y sí le sumamos que los verdaderos mafiosos de New York -dicen las malas lenguas- le exigieron a Hanna – barbera que eliminaran la serie porque ridiculizaba a sus “trabajos honestos”, mucho pero el asunto.

don gato y su pandilla
 

Don Gato y su Pandilla en Latinoamérica

Todas las voces elegidas para el doblaje de los personajes para América Latina, son tomada como de culto. México se botó y enamoró tanto con la selección, dinamismo, acentos y la jerga que hizo que don Gato y su pandilla movieran sus labores a ese país.

Pero ojo, ellos no son los culpables de la 4T (cuarta transformación), que es más o menos la digievolución o evolución Pokémon del diablo.

Don Gato conservaba el carisma de un vendedor convincente, de esos que te halagan, alaban, te hacen sentir querido y te cobran, como hacen las cariñosas y los vendedores callejeros que están confabulados con otro que te está sacando la cartera. 

Benito Bodoque, que en la versión original es Benny the Ball y tenía la voz ronca, como del gañan que se soplaba a los enemigos del jefe, tuvo en Latam la dulce voz que le dio Jorge Arvizu “El Tata”. 

El mismo actor, buscó un acento yucateco para equipararlo con el acento neoyorquino que Cucho (Choo Choo) tenía en la serie original. El gato rosado que a diferencia de la Pantera Rosa sí hablaba y era más enamorado y desesperado que un perro en silla de ruedas.

Panza y Espanto (Gerry - Spook) eran el engaño del amor y el engaño a las labores. Como esos que viven del día a día, que buscan novia para un rato (Panza) y jugar para vivir al día (Espanto). Algo más adorado y frecuente en Latinoamérica no creo que exista. 

Demóstenes, obtuvo en la versión mexicana un nombre de filósofo, siendo el original “Brain”, toda una ironía entre el nombre y la actitud, cosa que nos enseña que no se puede juzgar a alguien por su nombre o cómo se ve, sino por lo que hace y dice. Salvo una señora que conozco que se llama Bartola y su vida es precisamente la vida más Bartola que se puede tener, da pena la pobre.

No tengo mucho qué decir sobre el pobre oficial Matute porque es la representación de la carambola, de la suerte del tonto, del bueno al que agarran de su sopita. Y mejor es desearle que se mejore.

Don Gato y su Pandilla merecían unas palabras de homenaje, por mostrarnos que el lado malo de las cosas no puede ni va a salir triunfal y que bien nos podemos reír con y de ellos.

Lástima que los afectados son bastante delicados y en este caso, toman represalias, porque de lo contrario, habría más episodios de Don Gato y su Pandilla (Top Cat o Boss Cat) y al menos en a pantalla chica veríamos como pierden merecidamente los que sólo quieren aprovecharse de los demás.

Porque ahora, en la televisión los malos triunfan o buscan dar lástima para que todo el mundo los quiera y no hablo de las series, sino de los noticiarios.

Argenis Serrano - @Humoristech 

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