Placeres de Trabajar en una Venta de Teléfonos Celulares

venta de teléfonos celulares

Los placeres más pequeños son los de mayor deleite, especialmente si ellos implican juzgar y hacerle pasar un mal rato o una falsa felicidad a los demás, como hacemos en toda venta de teléfonos celulares.

Me siento a gusto siendo el encargado y creerme dueño del lugar, pautando un horario de atención al público y abriendo más temprano para hacer sentir a mis compañeros de trabajo unos miserables que llegan tarde y, cuando creen que ya me agarraron la caída, llegar tarde haciéndoles esperar o simplemente no voy ni les aviso por el grupo de WhatsApp donde siempre les envío stickers y amenazas disfrazadas de consejos. Ya veo cómo me resuelvo con el dueño, invento un corte eléctrico o visita de la oficina de impuestos a la cual eludimos y listo.

El mayor placer de una venta de teléfonos celulares es tener a un personal fuera de la tienda dañando su cervical, pegada del teléfono y sintiéndose feliz de usar el WiFi que ya les desconté de su mísero salario cuando firmaron el contrato (y no saben que podrían estar ganando más).

Sus caras de indignación cuando llega a alguien a preguntarles un precio y les interrumpe su chat o lo que hagan con su celular me fascina, porque poco a poco se está mermando ese vigor y voluntad por atender bien a la gente y pronto explotarán contra alguno, haciéndome que yo salga a defender a dicho cliente, quede como un héroe y me gane la comisión completa, no fraccionada como de usual sucede, cuando le quito del porcentaje a los otros vendedores y no lo saben (era más, pero fijé menos en sus contratos).

Para alimentar mi placer, converso con ellos y les indico que siempre deben sugerir el teléfono más caro y de más exigencia, así sea una viejita que apenas se resignó de abandonar el teléfono de disco.

Que cuando alguien pida un teléfono barato, les vean con la mirada más despectiva que les hagan sentir unos pobres pordioseros que llegaron a nuestra venta de teléfonos celulares a pedir limosna.

Deben enfáticamente decirle a la gente que el  teléfono que les gusta y pueden pagar no les sirve, que debe ser el otro, el que tenemos represado o en demasiadas cantidades aunque sepamos que es una porquería de teléfono. No importa que el cliente sufra, mientras nuestro stock de teléfonos chatarra, se acabe.

Además, decirles que es el tamaño de la memoria lo que importa aunque eso no es del todo cierto ya que se le puede agregar una tarjeta adicional que nosotros no vendemos y no vamos a estar beneficiando a la competencia.

Como en toda venta de teléfonos celulares, hay que hacer énfasis en la cámara, incluso a la gente fea con familia fea y casa fea, porque con el sistema de embellecimiento de fotos, eso se arregla o al menos, pasa de no fotogénico a más o menos fotografiable.

Nuestra venta de teléfonos celulares no escapa de las payasadas de las redes sociales, por lo que debemos agarrar a la menos fea de nuestras vendedoras, obligarla a lavarse las uñas y que aprenda a leer y hablar de corrido como locutora profesional, para que sea la imagen en los videos de TikTok.

De hecho, aparte de mí, en esta tienda todos deben aparecer en TikTok con cualquier payasada, ya que eso parece vender. Eso sí, mostrando las supuestas virtudes del teléfono.

¿Por qué hacerlo?, hay una manga de supuestos libres pensadores que buscan información veraz sobre los teléfonos en las redes sociales y eso les ayuda a elegir el menos peor. Debemos contrarrestar eso con nuestros videos y asegurarles que somos incapaces de mentir para promocionar un mal producto, cosa que es verdad, porque acá mentimos para salir de ese mal producto, lo que es diferente.

Un placer que me doy en secreto es el de tener varias cuentas en TikTok y YouTube hablando pestes de los teléfonos baratos. No saben cómo gozo cuando leo a alguien respaldarme diciendo que tal o cual modelo le falla o que vio el video justo luego de comprárselo, ayudándome a que se vendan los más caros y también ayudando a la sociedad para que menos gente tenga teléfonos de pobres.

Los comentarios de quienes sí les funcionan esos teléfonos y están felices con sus compras que les resultaron económicas, los refuto o elimino, esa gente sólo quiere arruinarme mis comisiones.

Ofrecer servicio técnico en nuestra venta de teléfonos celulares ha sido una de las mejores ganancias. Nuestro técnico tiene órdenes precisas de abrir el teléfono y decir que el mismo es irreparable y que no lo cubre la garantía, sacando alguna pieza para que no vayan a decir que es una mentira esta otra mentira.

Luego, remitirle conmigo para venderle algún otro teléfono o al menos cobrarle lo que creyó el cliente era una revisión gratuita del teléfono, pero eso de gratis no aplica el día que fue, sino el siguiente.

Todos los placeres de trabajar en una venta de teléfonos celulares cambian según el día y los modelos de teléfonos similares, interminables y casi todos pésimos que salen cada semana, además de la cantidad de dinero que tenga el cliente y su modalidad de pago.

A propósito, gracias a los sistemas de crédito por aplicaciones a los que estaos afiliados, hemos podido aumentar los precios un 150%, cosa para la cual mis esclavos…vendedores (que siguen trabajando por necesidad y porque se les subió a la cabeza el supuesto título de “ejecutivos de ventas”), deben asegurarle a la gente que no les va a afectar el bolsillo en la cuota inicial, sin aclararles que son las cuotas adicionales y el sobreprecio lo que les hará vender el teléfono para pagarlo y todavía seguirán debiendo.

Así que, mientras el dueño de esta y otras franquicias no me descubra, seguiré reportando supuestas ganancias que compenso con los precios elevados y motivaré a empleados y empleadas a descubrir que el mundo no es bonito y cortés con el cliente como sus padres y maestros les hicieron creer, especialmente cuando existan personas como yo, un gran encargado de una miserable tienda de venta de teléfonos celulares.

Argenis Serrano - @Humoristech 

El Médico en el Pueblo del Último Paso (Cuento)

Jidixon Faraites, joven arrogante que se decidió estudiar medicina para llegar a ser algún día un cirujano plástico de misses y rodearse de los lujos y el dinero que –supuestamente- atrae la profesión.

Toda la carrera se la pasó alardeando de su futura especialidad y la vida que traería consigo, mientras que utilizaba métodos extraños para el estudio, además de alabar a los amigos y seducir a las compañeras para que le ayudasen en todo momento.

Gracias a esas artimañas fue ascendiendo en su carrera y logró el pregrado como médico. Pero sus actitudes no siempre fueron bien recibidas por todos los profesores de la carrera que veían que este profesional apenas pasaba las materias con la nota mínima.

Dichas acotaciones eran asentadas en los informes de notas y el departamento de control de estudios lo remitió al área de pasantías rurales, una de las obligaciones de la carrera, donde el médico recién graduado debe estar en un pueblo atendiendo de manera general, para así “foguearse”, además de realizar acción social obligatoria, pero humanista.

De allí que en la repartición de centros de salud rurales, Jidixon Faraites fue enviado al Pueblo del Último Paso, mismo que se encuentra en un Estado que no mencionaremos aunque deberíamos, para no alarmar más a la población.

Su viaje fue muy accidentado, tomando dos buses, una camioneta, un jeep y luego conducido en una carreta empujada por un burro, llegando casi a mediodía a un lugar extraño.

Jidixon se decía una y otra vez, que alguien le tenía mala voluntad para enviarlo a ese lugar, asegurando no saber el motivo, propio de aquellos vividores que jamás reconocen sus propias acciones desvergonzadas donde se aprovechan del prójimo para ascender.

Igualmente sus sueños estaban a flor de piel y sentía que en un lugar tan apartado como el Pueblo del Último Paso, todo sería cómodo porque la gente comía sano, se cuidaban entre sí y no ´le parecía un lugar muy moderno, con los males de las ciudades.

El joven médico notó que nadie lo recibió, que muchos le veían con lo que –en principio- pensó que era extrañeza y luego, admiración, por lo pulcro, galán y formal que vestía.

Sin saber que las caras de los residentes eran de un profundo deseo reprimido, al ver a aquel joven tan lleno de vida. Algo que sería contraproducente para él.

Llegado al dispensario rural y a la casucha donde iba a residir, Jidixon Faraites sólo se imaginaba rodeado de lujos con su carrera, para la cual aseguraba que debía mantener una buena dieta y seguir haciendo ejercicios.

Como sólo le había atendido aquel señor anciano que se portó receloso a él en el dispensario y que incluso le dijo que en el Pueblo del Último Paso no duraba persona alguna, salió a buscar las provisiones que requería.

Decidió trotar para conocer el lugar y que le fuesen viendo –siempre arrogante e imponente-, con el sol de la tarde comenzando a caer. Consiguió una pequeña bodega y adquirió algunos víveres, notando que las rutas y verduras se veían envejecidas.

Notó pues el joven médico que en el Pueblo del Último Paso existía un patrón: todo se veía más viejo que el resto del Estado  incluso del municipio. De allí lo árido del terreno y que sólo las plantas desérticas conservaban vida.

Ya de noche, luego de cocinar sus alimentos, recibió la visita de una señora que de manera desesperada le solicitaba fuese a ver a su abuela. El joven médico sin dudarlo tomó sus implementos y su bata, acompañándole.

La señora se veía mayor, pero conservaba un paso rápido. El médico Jidixon Faraites iba pensando que la anciana tendría cerca de los 100 años, ya que la señora aparentaba unos 75 físicamente, pero su agilidad era abismal, tanto que a él le costó llevarle el paso.

Llegaron a la casa y la señora le dijo al médico, “tome aire joven, no entiendo como alguien que no pasa de los 23 años, no pudiese alcanzar a una mujer de 42 como yo”. El muchacho creyó que era una broma

Dirigiéndose a la anciana enferma, misma estaba recostada en su cama. Le auscultó lo más diligentemente que él recordaba, allí entendió que debía pulir sus conocimientos en la práctica o no avanzaría a su proyecto. Se esmeró lo mejor que pudo y encontró a la veterana en perfecto estado de salud.

Extrañado, comentó que la señora estaba bien. La anciana comenzó a elogiarlo pero no por ser un médico, sino por su juventud. De inmediato ella tomó su mano y la besó, cosa que él en principio entendió como una costumbre local, hasta que percibió un profundo ardor en la zona que la mujer le había besado.

Fue llevado de nuevo al dispensario local por la señora, llegando aún más extenuado que antes. Apenas probó los alimentos, sintió un fuerte malestar general; se automedicó y decidió dormir para así estabilizarse.

Toda la noche el joven médico tuvo una fortísima fiebre y soñó con seres con forma de reptil humanoide que le acosaban y le veían con deseo, mientras el paisaje se desdibujaba en un estado aparentemente anquilosado, vetusto, en decadencia.

Se despertó temprano y luego de haber sentido que la fiebre cedía, se dispuso a comer. Pero recibió nuevamente la visita de la extraña señora que le pidió fuese a ver a su abuela. Con ganas de excusarse, pero asediado por la mujer, accedió a ir por su cuenta, para así llevar el paso.

Caminó el largo trecho entre el dispensario rural y la casa de la anciana. Se dio cuenta con algo de confusión que la casa se veía menos vetusta que antes, incluso el camino estaba más lleno de vida. Entró a ver a su paciente y en el mismo lecho encontró a una mujer mucho más joven, de unos 50 años quizá.

Le preguntó por la anciana y la mujer le dijo, ¡Soy yo, doctor!, ¿No me reconoce?; asustado, el hombre reculo y creyó que le jugaban una broma. La mujer hábilmente se acercó a él, asegurándole ser la mujer que atendió la noche anterior.

Decidido a irse, abrió la puerta, pero fue asido por la cintura por la mujer que le dio u enorme beso en el cuello y le agradeció sus atenciones. Jidixon Faraites salió huyendo, trastabillando de la casa, con síntomas de fiebre y propenso a la desorientación.

En la tarde – noche, despertó en la camilla del dispensario rural, sin saber cómo llegó allí. Sentía enormes dolores musculares, aletargamiento y algo de arritmia. Sólo recordaba haber visto de nuevo a los seres reptilianos, más agiles, acechantes y jóvenes.

El ardor en el cuello y mano le recordó parte de lo que había vivido. Como médico, decidió auscultarse nuevamente para encontrar una enorme sorpresa: ¡Su piel se veía arrugada, tono muscular débil, flácido y tembloroso!

Creyó seguir soñando o delirando por la fiebre alta, pero Jidixon Faraites al acercarse al espejo, se dio cuenta horrorizado que había envejecido un promedio de unos 60 años y con síntomas de bajísima calidad de vida.

Intentó enviar un WhatsApp a sus familiares y amigos pidiendo ayuda, pero sus contactos no le creían, más bien pensaban que le habían clonado el teléfono, especialmente su novia al ver en la videollamada a un viejo que no conocía.

De pronto comenzó a llo0ver, se asomó a la ventana para saber a qué atenerse y notó que el pueblo se veía distinto, brillante, lleno de vida. Incluso el dispensario rural que estaba tan deteriorado, parecía totalmente remanufacturado.

Agobiado por el impacto de no entender lo que sucedía, se dispuso a tomar sus cosas, esconderse en una habitación y esperar que escampara y hubiese luz solar para irse al camino rural que daba acceso al Pueblo del Último Paso.

De pronto, acompañado de una centella y trueno que parecieron explotar a su lado, observó a una hermosísima joven que se paró ante él, teniendo como resguardo a una niña y un hombre joven.

“No temas, mi adorado, soy yo, tu querida paciente”, dijo la extraña mujer, presentándole a la niña, asegurándole que era su nieta y al hombre, que era el viejo cuidador del dispensario.

Jidixon Faraites comenzó a gritar con evidentes signos de locura. La chica le tomó entre sus brazos y le dio un profundo y quemante beso en los labios, para luego decirle sin temor alguno, lo siguiente:

“El Pueblo del  Último Paso ha sido el hogar de nuestra raza reptiliana humana desde hace muchos siglos; desde lo que ustedes llaman La Colonia, cuando los conquistadores y demás viajeros pasaban por aquí, nosotros existíamos y vivíamos gracias a ellos.

Tan sólo con un beso, vamos tomando su fuerza vital y, como nuestra esencia está vinculada a todo en esta tierra, al nosotros tres –herederos de nuestra raza- rejuvenecer, el lugar florece y se repara. Sólo necesitamos sangre joven humana que nos brinde de su energía”.

Jidixon Faraites, el médico arrogante, vio que ya no podía soñar con una carrera, porque su vida hacía sido consumida por seres que no imaginaba podían existir. Ya consumido en lo posible, con una edad física y mental cercana a los 100 años, el joven médico quedó en un raro estado catatónico.

Fue llevado por el hombre joven a una casa donde quedó recluido, viendo a la nada y muy similar al paisaje que el joven médico vio horas antes a su llegada.

Los tres reptilianos, pulso y vida del Pueblo del Último Paso, continuaron jóvenes un buen tiempo. Pero la renovación de su habilidad para existir amerita de nuevas víctimas que lleguen a ese lugar del cual no pueden salir.

El Pueblo del Último Paso comenzó a verse algo árido hasta que llegó una pareja de jóvenes entomólogas entusiasmadas a investigar el motivo por el cual se decía que este lugar era el que menos insectos había en todo el país, sin saber que éstos eran parte de la dieta diaria de los reptilianos y con la cual alimentaban a sus víctimas – pobladores.

Fueron recibidas por el hombre –de nuevo anciano- que apenas las vio, les recibió con un educado y quemante beso en la mano…

FIN

(Basado en un sueño del autor, Argenis Serrano) 

Qué (No) Hacer en Vacaciones

Tanto que cuesta conseguir coincidir las vacaciones en pareja y juntar el dinero para ir a hacer lo mismo (salvo dormir, eso se le perdona a todo el mundo), ya está rayando en el absurdo.

El esfuerzo de una pareja debe ser retribuido por más esfuerzo de la misma en divertirse, para eso, seguir siendo pareja. Porque si no hay acción y emoción comienzan a ponerse disparejos y luego salen beneficiados nada más los abogados de divorcio.

Hay que saber valorar el esfuerzo de los portales web como lugaresparavisitar.pro y de todo el sistema de hospedaje, transporte, recreación, casetas de venta de artesanías y licorerías, que se hacen un sistema bien engranado para que ya sea en pareja, solo o en familia, las vacaciones valgan el cuádruple en diversión y relax a lo que se haya pagado por ellas.

Pero para eso hay que poner de su parte y deslastrarse de las malas mañas modernas que han arruinado citas, fiestas, convivencias, navidades y que se quiere enfilar contra las vacaciones para subyugar a este reducto social de escape y renovación.

vacaciones
 

¿Qué es lo que puede arruinar las vacaciones y que no deberías hacer?

Tomar fotos ridículas posando como si estuvieran sosteniendo la Torre Eiffel hasta hacer caras raras en lugares icónicos. Ni siquiera se informan de la historia o detalles del lugar. Marcan con una foto como si fuesen Phineas Fox y Paspartú dándole la Vuelta al Mundo en 80 Días.

 

Llevan tanto equipaje, que más parece una mudanza que una vacación. Y con unas combinaciones que parece que los visten en un refugio anti-huracanes que se les llega a ver una cara de turista simplón que no la pela ni la Interpol.


Pasan más tiempo eligiendo un restaurante que disfrutando de la comida, especialmente tomándole foto. Y es que buscan que sea bonito para apantallar y no porque haya platos típicos y buen ambiente.

 

Originalmente quieren emular una tendencia de Instagram o TikTok que ya está trillada a ver si esa misma pose y expresión que han observado en fotos virales -aunque les quede horrible-, les gana seguidores o mejor aún, que alguien les envidie.

 

Hacer una lista de "cosas que hacer" y terminar no haciéndolas porque o se acobardaron o no llevaron dinero suficiente o mejor se quedan en el hotel que tiene WiFi.

 

Esto se repite cuando planean una noche romántica y terminan viendo televisión en el hotel. Eso y aprovechar el colchón más suave al de su casa. Para dormir, sólo para dormir (yo tampoco me lo creo).

 

Decidir las vacaciones en un lugar y luego no disfrutarlo porque hay partes que no se parecen a las fotos que hay en línea. Incluso en lugaresparavisitar.pro se respeta el modo de vida y se muestra lo lindo, sabiendo que hay partes que no lo son tanto. 

Por eso, vacacionista te pregunto, ¿En qué cabeza cabe que una ciudad o país es hermosa al 100%, salvo el pueblo de Los Pitufos y el de Los Cariñositos?

 

Gastar en suvenires innecesarios, comprando regalos extravagantes que terminarán olvidados en el fondo de un cajón de ustedes o de a quienes les lleven regalo. Dato adicional: No más regalos de mal gusto, entre una cosa inútil y nada, más agradecemos que no nos traigan nada.

 

Hacer comparaciones de otras parejas, analizando constantemente lo que las otras parejas hacen en redes sociales y tratar de replicarlo. Agarren sus vacaciones para cosas mejores como ¡VIVIR SU VIDA Y NO METERSE EN LA AJENA! 

 

Ir vestidos igual o con franela a juego, como si fueran una versión moderna de los "tándem". Más de un vividor estafador los agarra de su sopita y les ponen amargas las vacaciones.

 

Fingir que no hay conflicto en sus vidas (hipócritas), sonriendo y posando para fotos mientras desearía estar en lugares diferentes. Esto es propio de los adolescentes, así que en la medida de lo posible, traten de no llevar adolescentes.

 

Ir a un país diferente y seguir comiendo sólo comida de su país, ignorando la rica gastronomía local. Para eso quédense en su casa, marginales.


Grabar "vlogs" sin talento, documentando de tal manera que lo que quieren es lucirse ustedes que se pudieron pagar unas vacaciones y documentando todo sin tener experiencia ni gracia, creando contenido olvidable y vomitable. Luego no pidan que se acabe el bullying, especialmente ahora que existen los videos con “comentarios cantados”.

Argenis Serrano - @Humoristech 

Puras Joyitas

Una de las grandes desventajas de salir a la calle, asomarse por la ventana, ver televisión o redes sociales e incluso visitar el estado de WhatsApp de tus contactos, es que te dan muestras directas o indirectas de puras joyitas con las cuales no quisieras atravesarte, pero lo haces.

Eso es lo malo de salir con las orejas y ojos puestos, uno termina viendo cada cosa que te hace entender por qué viene un asteroide en el 2032, al borde de la Navidad como para que nadie se queje de que no le tocó lo suyo.

En Venezuela, referirse a “puras joyitas”, es hablar de esos seres que respiran que no le aportan nada bueno a la humanidad. Algo muy distinto a lo que podemos conseguir en gemaspreciosas.org donde lo que abunda es información técnico – científica, social y comercial sobre joyas de verdad, las inmaculadas, preciosas y que deslumbran a todos para bien.

Hay una gran diferencia entre “joyas” y “joyitas” cuando nos referimos a las personas o cosas. Las joyas son invaluables y da gusto conocerlas, las joyitas son un gasto de oxígeno que pesa que se te atraviesan.

puras joyitas
 

Lista de puras joyitas que nos tropezamos en el día a día

Quienes interrumpen a otros durante una conversación

Las normas del buen oyente y buen hablante se las pasaron por el fundillo. Y peor son en televisión que interrumpe la idea, opinión y derecho de palabra al otro, para luego preguntarse por qué la sociedad está mal.

 

No escuchar activamente a los demás

Puras joyitas aplican el “yo primero, yo segundo y yo tercero” y sólo te escuchan para curar el insomnio provocado por amarse ellos tanto. Les hablan y sólo captan la palabra que les sirve para activar la lengua en un montón de estupideces alabándose a sí mismo (claro, más nadie lo va a alabar).

 

Hablar en voz alta en lugares públicos

Especialmente cuando están al teléfono. Y se molestan si uno comenta algo. ¿Cómo no lo vamos a hacer si técnicamente nos involucraron en el chisme, hablando fuerte y con el altavoz puesto?

 

Puras joyitas mira el teléfono durante una conversación

Si es más emocionante el teléfono, ¿Por qué no sales en una cita con el teléfono?, ¡Ah porque él puede pagar a través de tu dinero en el banco!

 

Hacer comentarios inapropiados sobre la apariencia de otros

Difícilmente se va a acabar el Bullying si la gente en la búsqueda de su estilo, parece que la visten en una mesa de remate, pero andar juzgando sin ser jueces, siempre termina mal, salvo que tengas gracia como los profesionales.

 

Puras joyitas dejan huella (de zapatos)

Llegan a cualquier propiedad ajena y lo primero que hacen es poner el pie en una pared o mostrador a dejar la huella marcada. Ojalá hicieran eso en un cactus.

 

Hacer ruido mientras comen

Hablan, crujen y salpican comida al ojo ajeno. Después se preguntan por qué los dejan solos para comer.

 

Utilizar lenguaje vulgar o grosero en situaciones inapropiadas

Las groserías son un recurso natural no renovable. Se deben saber administrar. Si la conversación tiene 12 groserías en una frase de 13 palabras, quien las dice no tiene recursos y quien le oye también está escaso del cerebro.

 

Olvidarse de saludar o despedirse

Hay lugares donde apenas obtienen un cargo, contraen el “Síndrome de Doña Florinda”, donde no se juntan con esa chusma que son empleados y público en general. ¡Ah pero a quienes tienen dinero o dueños hasta les bajan el cierre en el baño y se lo sacuden y lavan para congraciarse!

 

Puras joyitas no aceptan un "no" como respuesta

Si una mujer te dice no y con argumento, ¿Por qué le vas a hacer la vida imposible?, igual si es un hombre que te rechazan. O si no te dan un empleo. Recuerda: Puedes insistirte a ti para triunfar, pero a los demás para que te quieran o acepten, no puedes ni vale la pena.


Criticar abiertamente a otros sin consideración

Hasta los humoristas criticamos sólo a los malos, utilizados y gafos, pero con gracia y con límites. Eso quiere decir que somos considerados. Irse a la yugular de la gente buena es ganarse el mismo destino de Drácula que siempre hace eso: Terminarás clavado por alguien más (y no con estaca al corazón).

 

Puras joyitas no apagan el celular durante reuniones o eventos o al dormir

Muchos lo hacen para darse una importancia que no tienen o para buscar como huir. Y quienes no lo apagan mientras duermen siempre se les olvida que no tienen carro, ambulancia, moto ni son bomberos o delivery, así que, ¿Qué ganan con que les llamen a las 2 a.m. más que angustiarse y no poder salir?

 

Hablar sobre temas controvertidos en reuniones sociales

Esto nos lo encontramos en reuniones y en cualquier lugar. Puras joyitas que creen saber de política, religión o deportes y no son más que objetos de libretos de entes con poder que los usan como peleles para tener al entorno molesto. A éstos no se les puede sacudir con ideas buenas y razonables, porque les da meningitis y te los cobran como nuevos.

 

Ignorar las normas de etiqueta en situaciones formales

Puras joyas saben que hay un estilo de prenda para cada ocasión y procuran así sea modestamente cumplirlas. En cambio, puras joyitas van a cualquier lugar con la ropa que sacaron del pote de la ropa sucia más una gorra o con falda y se indignan porque les sacan por incumplir las normas o solicitudes, especialmente la de al menos bañarse y ponerse desodorante y los zapatos iguales.

 

Puras joyitas hacen comentarios sobre el dinero o el estatus social

Una manía de las novelas mexicanas que vive en todos los latinos, europeos, americanos, asiáticos y algunos africanos que deliran por el calor. Este tipo de conversaciones son un bumerán que al devolverse, desnuca a quien lo espetó.

 

No agradecen o reconocen esfuerzos de otros

Muchos se creen un Presidente de izquierda, que habla de su equipo de trabajo sólo refiriéndose en como les ordenó. Pero sus ideas, aportes y logros son expropiados por ellos. Y así hay un montón de puras joyitas de hojalata y piedra pómez en la vía, ¡Y justamente nos los conseguimos para fastidiarnos!

 

Argenis Serrano - @Humoristech 

Un Venezolano en Nueva York

Vamos a visualizar a un venezolano en Nueva York. Específicamente a un joven violinista nacido en Coro en el año 1997; más específicamente José Lugo cuyo nombre artístico es José Lugo Music. Aumentemos la especificación diciendo que es compositor, arreglista, DJ y cantante urbano, como bien pueden leer en su página web https://violinistnyc.com.

Esto es tan específico, que puedo asegurarles que es cierto, porque él existe y es un venezolano en Nueva York que le ha alegrado la vida a millares de personas tanto en eventos privados como públicos e incluso, estando por las calles.

un venezolano en Nueva York


Un venezolano en Nueva York

No vamos a caer en las polémicas de por qué José Lugo Music es un venezolano en Nueva York porque nos va a distraer de la intención del post, que es demostrar que las personas se pueden construir un futuro alegre y provechoso, si les dan una herramienta y cariño.

Y eso es lo que JLM recibió en su natal coro y sigue reflejando en su estadía en New York, trabajando en lo que le gusta de la manera que quizá no soñó, pero que el destino le permitió como opción y él no la desaprovechó, más bien la aumentó.

Porque la fama no es que te conozca el mundo entero, sino que seas útil y empático con el mundo que te rodea, que es la mejor forma de alegrar la vida. Y como en este blog tratamos sobre el humor en todas sus versiones, ¡Pues vaya un específico saludo a José Lugo Music, un venezolano en Nueva York!


Les dije que visualizaran, así que les ayudo con un promt

Si a una inteligencia artificial se le coloca un promt –lo que sea que signifique eso- y brinda un resultado, pues yo les voy a decir un extenso promt sobre José Lugo Music y verán que ustedes en su inteligencia natural esbozarán bien a esta figura pública y le buscarán en sus redes sociales (que específicamente colocaré al final del post, para que lo visiten y cotejen lo que imaginaron con la específica realidad).

Él es un músico formado en “El Sistema” y que bien aprovechó su talento y formación para abrirse camino en La Gran Manzana. Actualmente es un violinista para bodas de toda religión y por el civil. Es recurrente verle actuando en ceremonias privadas o públicas y siendo foco de atención, relax y clase en las mismas.

Anima cócteles (no, no es bartender) en toda Nueva York y New Jersey y demás lugares donde sea convocado.

Un venezolano en Nueva York que ha ganado premios como compositor y tiene canciones en el top de las carteleras de revistas y plataformas como Spotify.

Como músico académico y amante de la tecnología, se preparó para ser el más avezado DJ (no vayan a usar esa frase como juego de palabras), colocando música bien mezclada y estimulante para el regocijo de los sentidos de los nutridos públicos que convoca.

Se va a las calles a tocar el violín y quitarle el stress a los estresados y animar a la gente a acercarse a los instrumentos musicales. Eso hacen los héroes urbanos como JLM un venezolano en Nueva York.


Un venezolano en Nueva York que específicamente puedes ver y/o contratar aquí

TikTok: JOSÉ LUGO MUSIC

Instagram: JOSE LUGO MUSIC

YouTube: JOSE LUGO MUSIC

Facebook:  José Lugo Music

Spotify: Jose Lugo

Y para contratarle, acércate a las plataformas de contratación GigSalad y TheBash y buscas a José Lugo Music, ¡Verás que es muy solicitado, así que hazlo con tiempo, especificado específicamente cuándo quieres su actuación y el tema en específico!

La alegría de los venezolanos y el talento ya ha cubierto al mundo; JLM, un venezolano en Nueva York así lo confirma.

Y cuando sepan ustedes de alguien que alegre vidas y demuestre talento, díganmelo para reseñarlo, porque aquí aupamos a toda persona que de una u otra forma atraiga, Humor y Paz.

Argenis Serrano - @Humoristech 

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