Estoy
seguro que la música de moda en tu país se activaba por etapas, dirigidas por las
campañas en televisión y radio. Porque así ha funcionado por décadas. Y de
dichas oleadas, te comprometías con el ritmo, cadencia, entendías el Significado de Canciones y lo hacías
parte de tu día a día sin molestar a nadie.
Esto
ocurría mucho hacia el mes de diciembre, cuando demás de la música navideña,
también se necesitaba de canciones pegajosas para que las personas terminaran y
comenzaran el año echando un pie. En Venezuela se le conocía a eso con el
nombre en los discos llamados “14 Cañonazos Bailables”.
Allí
colocaban la música de moda, así fuese de experimento temporal. Lo que le
importaba al consumidor era poder echar un pie con su pareja, alegrar a la
abuela y que el tío borracho hiciera bien el ridículo sacando los pasos
prohibidos.
La música de moda, actual
Bueno,
se acabó la nostalgia y comienza la llorantina. Lo que hemos visto en Venezuela
en las últimas navidades, como las iluminaciones escuetas (porque falla la
electricidad), las hallacas con mayonesa u operadas (que saben sabrosas así les
resulten herejes) y el montón de nuevas sangrías con nombres que gustan a la
delincuencia organizada o desorganizada, todo esto se ha visto acompañado de la
música de moda más deprimente del mundo.
No
vengan ustedes a culpar a la pandemia de esto, porque bien que la gente ha
seguido con las ganas de festejar, pero haciéndose un daño silente –con música-,
que les pasa factura sin saberlo.
Varios ejemplos
Antes
había unas bonitas canciones en merengue, salsa, pasodoble, guaracha, conga,
samba, cumbia, tambor con la cual las personas hacían períodos de baile bien
bueno en las fiestas navideñas, de fin de año, bodas, reuniones y/o cumpleaños
o cuando el equipo deportivo ganaba.
Además,
se combinaban con baladas y boleros en español e inglés para que las parejas
unieran ombligo con ombligo y algo sucediera. Incluso sin ser pareja, aunque
allí lo que sucedía era un atajaperros porque alguien se sobrepasó.
Las
personas se aprendían las letras y cantaban
la par, disfrutaban, gozaban, amaban y les venía el don de la iluminación
al reflexionar en el contenido. Eso les hacía más felices, incluso cuando había
despecho.
Pero la música de moda actual…
Es
tan predecible que será una llorantina o un reproche. Que dirán que son mejores
que otros y que “ya le superaron”, cuando de haberlo hecho, ni le estrían
determinando.
Le
comen el maíz al gallo de la pasión y son el sietemachos de su región o la que
más hombre ha despescuezado.
Ni
hablar de las groserías, la reutilización infinita de sonidos como los que
salían en las peleas de la serie de Batman de los sesenta (¡POW, CRASH, PUM,
ZAS!), finamente adobados con una dicción horrible en la que parece que les
inyectan lidocaína en la lengua antes de grabar y ante el micrófono se comen
una jalea de mango.
Quienes
tienen webs donde se leen las letras de
canciones la tienen ruda para copiar de manera fidedigna esos ritmos.
Pero,
son una fuente invaluable de letras de la música de moda de antes, la que sí
valía porque se bailaba, silbaba, tarareaba, coreaba y tenían alma y sentido a
la vez.
Que
nos muestren esos tesoros de siempre y que permitan leer –para ver sí se
entienden- los temas que llaman la música de moda actual, es un acto de
pundonor que hay que destacar.
Porque
una letra bien aprendida, bien cantada y muy sentida, es una canción que nos
llena el alma y significa mucho en los momentos más valiosos de nuestras vidas
(que son todos, no los limitemos).
Adicional:
Ojalá suceda algo mágico en el mundo y surjan nuevas canciones buenas y
cantantes de verdad. ¿Me apoyan ustedes en eso?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario