La
gente vanidosa y que cree que su problema es único, termina diciendo esa frase
de “esto
sólo me pasa a mí y al Pato Lucas”, metiendo al Pato Lucas en un caso
que seguramente a él no le ha sucedido. Claro, como lo ven negrito, lo ven
desafortunado porque lo asocian claramente a que siempre, se las ve negras (las
plumas).
El
Pato Lucas tiene un cumpleaños y es el 17 de Abril. Nació en 1937 en el
episodio “Porky’s Duck Hunt”, donde
aparece fastidiando al cerdo que en ese entonces era bastante gordo, pero sin
pantalones como siempre. Allí y en muchos episodios después se mostraba como un
loco que rompía las leyes de la física más allá del absurdo posible en una
caricatura. Tenía el paquete completo de músico, poeta y loco.
Se
ocupaba de defender el entorno natural y a otras especies, en especial de Elmer
Gruñón o Elmer Food (la diferencia es que de Gruñón hablaba bien y de Food es
lengua mocha). Era un pato loco sin que le demos la connotación venezolana a
esas dos palabras juntas.
La etapa del villano
Como
Bugs Bunny era el rey, que también le metía al loco pero por ser conejo
enterneció a muchos, pasó a ser el Pato Lucas su antagonista. Comenzaron los
episodios de las rivalidades y del famoso “es temporada de conejos; no,
temporada de patos”, en la que siempre terminaban volándole un plomazo que se
veía divertido pero que nadie debía reproducir y nadie, excepto Kurt Cobain
cuando se quiso sacar un moco de un escopetazo, lo repitieron.
Luego,
para adentrarlo al mercado latino, lo metieron de segundón de otros segundones,
porque la vida americana es así. Y quizá de allí es que los venezolanos se
comparan, porque la vida de segunda, ya parece multiplicada por dos así que es
de cuarta. Le colocaron de antagonista de Speedy González, el roedor más veloz
de México y lo hacían perder, clara alegoría a que los más ratones y más
rápidos, pueden fregar al…ya va, ¿cuál es la enseñanza aquí?; mejor olvidemos
éste párrafo, de seguro él lo querría así.
Compararlo con la ridiculez de los malos ratos
Como
dije, los venezolanos usan dicha comparación con Lucas o Daffy Duck, quizá
comenzando porque un negrito llamado Daffy es un triste absurdo, de pana, y
comparan su absurdo con el de él.
Lo
golpean, lo ningunean, se cae, lo explotan, lo despiden, le hacen poner huevos
siendo macho y él sigue allí, haciendo lo que sabe y le gusta, aunque sea
dibujado. Pero muchos venezolanos se quedan en el infortunio y su egocentrismo
excusándose en su mala suerte para no surgir y echarse a llorar. Lo sé muy
bien, yo soy así, ¡pero nunca me comparo con ese pato!
El
gran Duck Dodgers, el Pato Feliz, el Señor Pato de la Isla de los Sueños
Cumplidos, el vendedor del seguro que sólo se podía cobrar sí obtenía
un ojo morado siempre y cuando el accidente fuera ocasionado por una estampida
de elefantes en la sala de su casa de un 4 de julio (de cualquier año) entre las horas 3:55 y 4:00 p.m. durante
una granizada*, no es un símbolo de los malos ratos, es un símbolo de
la libertad, la ironía, lo mordaz, el sarcasmo y la forma diferente de hacer
las cosas. Por muy tacaño y perdedor que lo vean, él no es sinónimo de la mala
suerte.
Ahora. Sí habláramos de Silvestre el Gato…
Feliz
cumpleaños cada 17 de Abril, Pato Lucas, tú trascenderás a mí y a todos en el
tiempo de vida sin ser el favorito de muchos, demostrarás que siempre tendrás
cabida siendo tú mismo, aunque otros desdibujen tu locuaz forma de ser, porque
temen ser así de libres como vos.
*…y
una pequeña cebra.
¡Me siento más identificado con Donald, pero el viejito de cascarrabias que hacía de Scrush en las películas de Navidad, Excelente artículo compañero Humoristech!
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