Serie de post especiales para mí y sin sentido alguno para usted que los lee, referentes a cosas que han marcado mi vida en estos 15 años de existencia de El Blog de Humoristech sin CIA.
Divorcios de Bonitos
Los divorcios de bonitos
son un alivio para mí, que jamás he conocido el amor. Porque al menos yo no he
desperdiciado el tiempo, dinero ni alimentado abogados con una mala decisión de
otra persona, ya que decidir hacer una vida conmigo debe ser algo muy malo (81
rechazos a la fecha, lo confirman).
Pero los bonitos y bonitas
tienen algo que los feos no tenemos: les duele que les ocurra lo que estaba
cantado por frivolidad. Se la pasaban viendo que si carros, físico, casas, baile
y jamás el amor. Creyeron que casarse era una moda y ¡PUM!, directo contra la
pared.
Los divorcios de la gente
fea si son inexplicables, pero los de los bonitos son bastante divertidos para
mí. Así como los noviazgos entre mujer bonita y hombre buenmozo fracasan, que
no saben la suerte que tienen pero terminan sintiéndose mal.
Hay otros divorcios donde
luego reconstruyen su vida, se hacen los senos, las pompis, se colocan botox,
se pintan el cabello y usan faldas ajustadas y tacones altos. Esos son los
hombres, las mujeres hacen otras cosas, en especial agradecer que se salvaron
de ese espécimen raro. Y él o ella, no sé, termina acusándoles, ¡tú me obligaste
a esto!
La cosa de los divorcios
es que les falta un punto de equilibrio, de decir lo que sí y lo que no, les
gusta. Ponen al otro a adivinar. O no les gustan algunas cosillas más íntimas o
la familia es un furúnculo, qué se yo.
Lo bueno es que yo jamás
me divorciaré, porque jamás alguna querrá casarse conmigo. Y de hacerlo, seguro
se divorcia cuando vea que no cocino bien, plancho arrugado y bebo el agua
directo de la jarra. Y que soy feo recién levantado hasta que me acuesto.
Igual, deseo que sigan los
divorcios de bonitos, que se frieguen por tener buen físico.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario