Terminen
o no de generarse capítulos luego de tantas temporadas, sé que debo escribir un profundo
agradecimiento perdurable en mi blog a Los Simpson, no sólo por lo que nos
enseñaron y lo que incidieron en la sociedad, sino porque se me perdió la lista
de temas a redactar y estoy improvisando nuevas ideas sacadas de la manga corta.
A Homero,
por enseñarme que la idiotez puede ser simpática y la ignorancia es divertida
cuando no afecta ni al ignorante. Caso que es difícil de replicar en la vida
real.
Marge,
poder atar tantos caracteres y todavía mantener uno propio, es de aplaudirse,
ya que demuestra estabilidad y firmeza, como tu cabello azul.
Bart,
desde el canto irreverente, las expresiones sorpresivas, las peleas y miedos en
justo balance, son la niñez real de muchos, aunque á diferencia de ti, no
seamos recompensados por travieso, pero sí nos cambiemos la ropa.
Lisa,
una genio incomprendida, una malagradecida de primera, una mujercita que sabe
que amerita ternura y paz para poder defender las cosas que le gustan o parecen
justas, aunque estas no sean las que me agraden.
Maggie, la más pequeña de Los Simpson, me enseñó que la independencia viene desde la más corta infancia y cada quien debe ser tomada como la persona que es, así tenga que una bebé defenderse a punta de pistola.
A los demás personajes de Los Simpson
Si hago
una lista, jamás termino, porque en Los Simpson metieron más gente que en una
gobernación o ministerio izquierdista y ya casi no saben qué hacer con ellos; así
que mejor me voy con mis favoritos y punto.
Troy
McClure y Lionel Hutz, la verdad es que nos han hecho mucha falta, aunque
ustedes al no salir más, sobrevivieron de las temporadas 16 a la 30 que eran
débiles en USA y golpeadas con el doblaje mexicano que heredó y dilapidó esa
fortuna que son Los Simpson.
Moe
Szyslak, eres malo, doble cara y ocioso. Pero te respeto y admiro porque eres
feo y nadie te quiere; no sé sí te crearon como un homenaje o yo crecí siendo
tú.
Apu
Nahasapeemapetilon, fuiste objeto de discriminación por representar lo que en
verdad la gente hace y nunca se sintió ofendida y resurgiste, pudiendo combatir
al progresismo y ser cuidado por 8 hijos, 2 sobrinos y salvado de un divorcio
en el que podrías haber perdido todo, menos los hijos.
Rafa
Gorgory, eres esa inocencia que Los Simpson necesitaban y que Martin Prince no
pudo lograr, aunque quiso. Y me alegra que, en un mundo tan cochino y extraño,
haya seres como tú. Y sé que eres de ficción, pero también he visto a seres
adorables en la vida real (en mi espejo o selfis, principalmente).
Krusty
el Payaso, eres ese humor que unos llaman decadente y otros, el más insistente.
E igual te estableciste porque la televisión amerita humor blanco y humor azul
y eso es lo que molesta a los que sólo hacen humor verde, rojo o negro (el cual
tú quieres hacer, pero no te sale).
Señor
Burns, Los Simpson necesitaban a un villano y nadie es más real que aquel que
controla al entorno y le rinden pleitesía. Me agrada ver que el dolor de su
soledad lo puede compensar encontrando consuelo en el dinero.
Por
último, Juan Topo; eres lo que no le puede ocurrir al Abuelo Simpson: el ser
sufrido que el entorno olvida y sigue estando entre ellos, sin dejar que sus
tribulaciones lo encierren y derroten. Eso se aplaude, porque demuestra más
valentía que aquellos que por todo se echan a llorar.
Véase
que no nombro a Ned Flanders, porque sé lo incómodo que es tener a un vecino
que es fanático y mucho peor, que le va mejor en la vida, aunque haya enviudado
y tenga dos hijos que mejor no digo más.
Los
Simpson son parte de la vida de muchos, más de 30 años, menos de lo que vive un
ladrón y un tercio de lo que viven los obsesionados con el poder político de
sus países, pero un gran lapso para consolidar que es la mejor serie de la
historia de nuestras vidas.
Y bueno,
a todos los demás personajes, muchas gracias por igual, menos a la mamá de
Skinner que me cae como una patada en el hígado mientras estoy dormido.
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