Lo bueno del Humor Chileno

El Internet, cuando buscas algo importante te lo trae y te da una ñapa que se amolda a tu gusto y no es por adivinanza o algoritmo, ¡es que esta cosa lee la mente!; yo buscaba información sobre un directorio médico Chile en específico y luego de llevarme al indicado sobre esa necesidad, como que me quiso calmar y me ofreció videos de gente del humor chileno.

Luego de rezar mis oraciones porque creo que esta cosa me está leyendo el alma y espero que no me espíe cuando me meto debajo de las sábanas a jugar con mis soldaditos verdes, reflexioné que el humor nacido en Chile es también parte de la identidad sudamericana.

Claramente, gran cantidad de chistes y sobre la vida relajada en cualquier profesión o identidad mundial la aprendimos del genial Condorito la obra maestra de René Ríos “Pepo”.

En los años setenta, ochenta y noventa llegó a Venezuela y demás países el hombre de los mil sonidos, con un humor desenfadado e hipnótico, el gran Lucho Navarro, que con sólo 5 minutos al aire, levantaba el rating de cualquier programa de televisión.

El humor chileno en las dos ultimas décadas se ha llenado de la magia del StandUp Comedy, pero hay un programa que es de corte infantil que tiene un humor genial que todos los adultos adoramos y ha acercado a la jerga y modismos chilenos a toda Latinoamérica. Me refiero a la joya de la televisión chilena, 31 Minutos.

humor chileno
 

Pero hay más en el humor chileno

Al irlo conociendo, uno entiende su desparpajo y ellos van adaptando sus maneras expresivas para acercarse a los distintos públicos, algo que no todos los comediantes y humoristas del mundo parece querer entender.

De allí que George Harris (Venezuela), haya sido pitado y sacado por el público monstruo del Festival de Viña del Mar, ya que hizo su show para quienes lo conocían y no para todos. Y claro, se detonaron las críticas porque el cómico, puso la cómica.

Ya luego de sacarme ese comentario espinita que tenía con George gritos locos, vuelvo con el humor chileno.

Desde el humor blanco hasta el sarcasmo más ácido, cada uno de los comediantes y humoristas ha aportado su propia visión, contexto e identidad al escenario nacional y varios de ellos trascienden gracias a las redes sociales y que YouTube espía y saborea tus sueños y tu ADN para hacerte sugerencias (sigo aterrado).

 

Voy con algunas sugerencias…

Empiezo con Ernesto Ruiz, quien personificó al entrañable El Tufo (igual que el Bar de Pelotillehue), su estilo tuvo una fuerte conexión con el público gracias a frases memorables como “¡Ay hombre… pero qué maravilla!”. Este tipo de humor blanco, inocente y casi naïve, capturó la esencia de situaciones cotidianas de manera efectiva. Su vestimenta peculiar y la complicidad que generaba con sus colegas hacían de sus rutinas un deleite para el público, que se identificaba con la sencillez y la alegría que transmitía.

Chicho Azúa se destacó en el vibrante Santiago de la bohemia, desarrollando su carrera bajo la guía del “catedrático de la lengua”, Daniel Vilches. Este último es conocido por haber mantenido vivo el humor de carpa a lo largo de los años, siendo un pionero en el uso del lenguaje como herramienta humorística. Sus personajes, como el recordado “Pacífico”, lo consolidaron como un maestro del humor que trascendió generaciones. 

Hoy en día, figuras contemporáneas como Bombo Fica han seguido esa tradición del humor blanco (el humor más difícil que existe) con un toque más costumbrista. Con su rutina de la Máster Plop, logra conectar con la audiencia a través de vivencias comunes que resuenan en la cotidianidad chilena. El humor de Fica es una celebración de lo cotidiano, reflejando momentos que todos hemos experimentado.

En la misma línea de humor costumbrista, Coco Legrand (la leyenda ya retirado, pero al igual que Lucho Navarro, domó con facilidad a la Quinta Vergara) se presentaba como una voz crítica y relevante en el panorama humorístico chileno. Las rutinas como la de Qué se teje, abordaban situaciones contemporáneas con una agudeza que obliga a los espectadores a reírse de sí mismos y de sus propias experiencias en el día a día. Al abordar temas de precios en los supermercados, conectaba con una realidad que los chilenos conocen de sobra.

Otro exponente contemporáneo es Krammer, un notable imitador que ha sabido fusionar su creatividad con situaciones personales y que depende de los escritores para la comedia (su punto débil). Su rutina del super papá, presentada en el Festival de Viña en 2018, reflejó su estilo dinámico y versátil. Además, su habilidad para interpretar a personajes conocidos, como Sebastián Piñera y Don Francisco, ha contribuido a mantener el humor fresco y relevante.

Sergio Freire, a su vez, se distancia de los demás por su enfoque en el stand up comedy, que permite una conexión más directa con el público joven y que ha calado en Latinoamérica gracias a Comedy Central. Sus observaciones sobre el cambio en los hábitos de los borrachos, comparando generaciones, ofrecen una nueva perspectiva que resuena entre los jóvenes adultos.

Pedro Ruminot y Felipe Avello han llevado el sarcasmo a nuevas alturas. Ruminot, con un estilo más ácido, ofrece una mirada crítica a través de historias personales y situaciones cotidianas. Avello, famoso por su personaje Brian Tulio y sus cómicos videos, ha sabido adaptar su humor al escenario del teatro, mostrando que la ironía y la agudeza pueden ser muy efectivas.

De todos, Felipe Avello es el que más recomiendo buscar, ya que tiene una gran chispa para la improvisación y charlar con el público sin dar ni una ofensa o aprovecharse, pudiéndose decir que maneja el humor rosa como nadie en este continente. 

Finalmente, un humorista que ha marcado un cambio significativo en el panorama del humor chileno es León Murillo. Su debut en el Festival de Viña sorprendió al público con un estilo provocador que rompía con lo tradicional. Él representa una nueva ola de humor en Chile, donde se desafían las normas y se incorpora un enfoque más crítico y menos complaciente hacia la comedia.

Aunque todavía nos cueste comprender la jerga y el habla de los chilenos, sus aportes al humor en Latinoamérica son insuperables y trascendentes, todo un reflejo de la diversidad y complejidad de su sociedad.

Desde el blanco y costumbrista hasta el ácido y sarcástico, cada comediante ha logrado tocar las fibras de la identidad chilena, ofreciendo risas y reflexiones profundas sobre la vida y sus realidades.

Y ahora que usted está pensando en este tipo de humor, de seguro todos sus dispositivos le van a sugerir ello e incluso, en los televisores de las tiendas por las cuales pase o en los consultorios o talleres mecánicos en que se siente en la sala de espera. Porque Google y YouTube son dueños de lo que pensamos y sentimos y nos muestra el material que debemos consumir.

¡Ave YouTube, morituri te salutem!

Argenis Serrano - @Humoristech 

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