Dispensen si hoy no es un post de humor para
reír, sólo es un post de lo que se vive y te hace sentir feliz, de buen humor,
con paz, factores que se unen para crear las sonrisas bonitas sanas que queremos y debemos tener...
Las sonrisas bonitas de un bebé, cuando juegue con tu rostro, cuando se sorprenda con lo que ve y bata sus manos y pies como señal de algarabía. El humor es un idioma universal que hasta los bebés entienden.
Un anciano de sombrero, paltó y corbata, al
cual ayudas a cruzar la calle, te cuenta una anécdota, sonríe a través de su
cara marcada por el tiempo y te echa la bendición. Eso engrandece tu espíritu y sonrisas bonitas renacerán en tu ser.
Cuando tu mamá se siente orgullosa de ti y te
abraza, te mima, te hace sentir pena ante otros y al final no importa, que
siga, eso es amor.
Que tu papá te levante en sus hombros, te haga
saltar, se lance contigo en el piso a luchar de mentira y te deje ganar, que te
despeine y te exprese así tu cariño.
Las sonrisas bonitas de tu hermanito o hermanita menor
cuando te toma la mano y confía en ti.
Ver salir a quien amas de su hogar y mucho más
al verle regresar.
Sentarse con la gente que te entiende, que
quieres y valoras a compartir desde una bolsa de frituras hasta la comida o
bebida más completa. Allí las sonrisas bonitas tienen la gracia de tener algo entre los dientes, para mayor diversión.
Ver las togas y birretes en el aire y decirte
desde la mente al corazón “me alegra ese triunfo, que su ejemplo me
fortalezca”.
Una persona inocente, absuelta de prisión e/o injurias.
Una persona secuestrada que regrese con su
familia, una enfermedad que pintaba fatal, es una segunda oportunidad de
vivir. Y más sonrisas bonitas surgirán por este renacer.
Querer comentar algo gracioso y al no tener
alguien de confianza con quién compartirlo, contártelo a ti misma/o sin pena a
que te vean conversando sola/o; simplemente lanzas palabras y sonrisas bonitas porque te estás haciendo y siendo feliz.
La primera acción en un nuevo empleo, el primer
sueldo, conseguir más que compañeros/as, amistades. Allí emites sonrisas bonitas aunque nerviosas, que luego la vida y el trato sabrán mantener, porque acallar sonrisas bonitas es retroceder, ojo.
Ver en persona lo que retratistas y fotógrafos
plasman en sus obras: Un árbol aves, nubes, arco iris, una flor, un animal,
prados verdes y entre ellos saltar, retozar, gritar feliz, sin miedo al qué
dirán, sólo dándole rienda suelta al alma libre.
El honor de querer a tu familia y compartir sus
éxitos. Las sonrisas bonitas en familia, valen por doble + un bono.
El miedo y gusto de tu primera vez, en lo que
sea. Las sonrisas bonitas surgen luego.
Aprender que todos tenemos un sitio donde
encajar, que lo único difícil es saber dónde es ese lugar. Al descubrirlo,
sentirse realizado y saber crecer en el mismo.
Abrazar una almohada, inventar historias como Munchausen y sonreír con delicia e inocencia.
Cantar en la ducha, quitando con el agua todos
los pesares, tabúes y llenarse de inspiración.
Dos miradas que, sin palabras, sólo con sonrisas bonitas y del alma, se dicen
todo.
Saber que no nos equivocamos en una elección y
que ello es beneficio para muchos.
Una siesta en familia a pierna suelta, boca
abierta, sin parámetros, sólo estando juntos y estando a su vez entre
sueños.
Las cosquillas y sonrisas bonitas antes de un beso, durante y toda
la vida.
Crear algo, sin ver su tamaño, sólo la dignidad
de aportar.
Hacer bien lo que se debe. Hacer bien lo que se
quiere.
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