Este es un material que hice para un venezolano en el extranjero que hace Stand Up Comedy de parodia a afeminados (sin odio ni discriminación, se calman los progres).
No lo aceptó por
malo y lo comprendo. A ver qué pueden hacer ustedes con él, por lo menos leerlo
y luego decir ¡Buuuuuu, sáquenlo, que me devuelvan mis reales!
Salvavidas:
En Venezuela falta aceptación. Porque me estaba bañando, una ola me revolcó
(ademán de revolcón), comencé a gritar con una extraña voz de niña que les
digo, me molesta de verdad que en tierra firme no la puedo hacer. El salvavidas
fue a atenderme y al verme con una tanga europea fucsia y mis flotadores de Bob
Esponja me gritaba, ¡cálmate, voy a buscar una cuerda!, como que me iba a
tender como una sábana para que me secara.
Me le aferré a su pecho con mamas supernumerarias
crecidas, porque los salvavidas de allá hacen función de boyas. Me llevó a la
orilla así como te levanta tu papá, ¡párese, sacúdase, camine, a mí no me esté
llorando!, en la arena me desmayé a ver sí me hacía resucitación boca a boca,
porque parece que tragué mucha agua salada y vi a ese gordo como a Mitch Buchanan.
Terminó despertándome con el pie, rodándome, así como sí yo fuera un pensionado
desmayado o muerto en la cola del banco y me ruedan para que el mosquero no
afecte la cola. Aquí en Ecuador sí me han atendido bien en la playa, a las que
fui a conocer y ver sí el gritico ese de niña histérica imitando a Michael
Jackson me vuelve a salir.
Conga:
Ya uno va llevando la tendencia desde Preescolar cuando las maestras te ponían
a bailar “conga, conga, me gusta la
milonga, la mano en la cabeza, la mano en la cintura, da la media vuelta y menea
la colita” y sí no te la cantaban traías a tu representante, quemabas
pupitres, y amenazabas con juntar toda la plastilina que no lograba un arcoíris
sino una bola morada pálida que da asco y que además te cantaran “la señorita X, bailando en el baile que la
baile, y sí no la baila, le van a agarrá el rabo, que la bailen que la bailen” y
no la bailaba y exigía que acataran al pie de la letra la letra de la canción.
Porque cuando uno va a ser lo que es, lo es sin falta de respeto para que te
respeten, dando aceptación para que te acepten y sí tus amigos son
heterosexuales se respeta pero los rascas y se lo mamas porque así hacen ellos
con las que montan en los carros luego de mis show.
Las
3 palmas: “Las 3 palmas,
otra vez” (hacerlo con la mano torcida tipo Carmen Victoria Pérez), para
hacer que el público aplauda.
Público:
Uno se va del país para poder ser y hacer…y deshacer también, buscando que no
lo reconozcan y ¡zuás!, mira todos los que están entre el público que uno
conoce y que no voy a señalar pero ya empezaron a tomar un trago nervioso, a
ver a los lados, no se ríen y no porque no les haga gracia el saludo sino para
que no les hace gracia que se sepa o se confirme.
Estoy
lejos: Y mi papá es feliz. Y no me mal entiendan, él sabe
quién soy y me acepta, lo que no aceptaba es que le cayera a sus amigos y los
hiciera sentir incómodos de decidir entre él y yo. Le dejé el campo libre.
Y es que no sé para qué juzgar a los que decidimos
hacer lo que sentimos y somos y ahora, como material de exportación venezolano,
porque somos nosotros o la palma enana y al menos con nosotros sí saben qué
hacer, ser y deshacer, con la palma aún no sabemos qué coño, pero la exportan
porque hay mucha y allá la filosofía es desgastar toda vaina que se tiene,
menos la resistencia, la paciencia y la vaina esa bien maluca llamada el chogüí
súper popy que no lo dejan de fabricar.
Mi
hermana: Los problemas de la familia son varios, pero el más
significativo es que mi hermana de 16 está embarazada. Y no es problema por eso
o porque la familia del papá de la criatura diga que fue incriminado por unas
cámaras de seguridad, cuatro testigos y los policías que lo vieron con la
supuesta arma que tenía sus huellas y rastros de pólvora en sus manos y no le
dieron chance de defenderse del atraco que tiró por su hijo, por lo cual
culparon al atracado de cargar un celular inteligente, no correr rápido y no
aguantar 2 tiros.
Pero el problema real es que ella ahora se pintó el
pelo de rojo para que el carajito le salga rubio y no moreno cara de indio con
mirada de mototaxista del papá. Y lo peor es que ella está convencida que eso
es así. Yo acepto la homosexualidad, pero esas mariqueras no me las calo y me
vine para Ecuador.
Correa: De niño me daban con la correa por cualquier cosa de las que hago ahora, hiciera o deshiciera. Aún me dan con la correa pero ya con otro gusto y eso que tengo las nalgas como sí me hubiese dado una embolia.
Y no hablo más de Correa
porque esa palabra acá ahora es tabú y no quiero que me vayan a deportar por
tocarles por pasado…digo, tocar el pasado. Y no quiero volver a Venezuela donde
uno se agacha a recoger bolívares en las calles y no te agarran las nalgas. Acá
tampoco, pero sí me agacho así (agacharse sexy), es para recoger dólares con
que pagar a quien me agarre las nalgas.
Extraño:
Los avisos clasificados de “machos
desinhibidos”, “me mide como una botella de Pampero” y sí, les mide así,
pero las botellitas de los mini – bares. Las canciones llaneras de los bares a
los que yo iba e iban los del público que van a dar un sorbo nervioso al trago
o las que van a orinar ahorita haciéndose las yo no he jugado a la costurera
tijereteando. Como esas llaneras de “mi
ano, qué lindo eres…” o que te pidan que toques la paloma y te la paren de
golpe, con el cuatro…o en cuatro, dependiendo de la sal y pimienta al gusto.
Pero el extrañar la Susy, Cocosette, Harina Pan, Samba,
Nucita, Pirulín y Pirulón me llenan de melancolía. Por eso voy a
Venezuela…abasto Venezuela cerca de la casa, que tiene todo eso, allá no lo
hay.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario