Planes Frustrados de Luis con Ana

Tristemente, cuando eres una buena persona y se te ocurren ideas cargadas de inventos raros para darle rienda suelta a tu picardía oculta con tu cara de yo no fui, esos planes son frustrados porque ocurren cosas que algunos llaman Mercurio retrógrado, mala alineación de los chakras o que deberías de darte unos ramazos con un cactus a ver si se te quita la mala suerte.

Así le ocurrió a alguien que no diremos que se llama Luis y que invitó a una muchacha anónima a la que protegeremos su nombre que es Ana. Él la invitó a ver películas el mismo día que casualmente sus padres no estaban en casa, había comprado un colchón nuevo y luego de una semana, se bañó bien.

No sólo descargó una película romántica para crear ambiente y unos videos musicales para hacer ambiente musical como de Bar de mala muerte, sino que descargó en un grupo de Telegram XXX el material correspondiente para aprender y decirle a ella, ¿Nos vamos a dejar ganar por éstos?, ¡Esas posiciones las podemos superar fácilmente si comenzamos ahorita y acabamos…juntos!

Pero los planes frustrados comenzaron cuando…


Luego de planear esta noche romántica perfecta con la mesa puesta con velas porque en Venezuela se corta la electricidad programada, desprogramada y por deporte; la música suave en una corneta de esas que primero hablan en chino y sacan sonido chirriante a full volumen y el botón de ecualizar no sirve; 

El aroma de la comida llenaba el aire, especialmente por las partes que se le quemaron a nuestro amigo desconocido, Luis.

Todo estaba preparado para una velada inolvidable, si es que ella aprobaba el procedimiento.

Justo cuando Ana y Luis (nombres que no podemos decir aquí) se sentaron a la mesa, sonó el timbre.

¿Quién será a esta hora?”, se preguntó él, justo cuando los efectos de los mejillones, el té de hierbas y la Viagra comenzaban a pegar duro.

Al abrir la puerta, se encontraron con los padres de Ana, que habían decidido hacer una visita seguirla a ver en qué estaba; ella se emocionó mientras él sostenía el llanto y disimulaba el bulto en sus pantalones.

¡Qué alegría verlos!, dijeron los padres emocionados de que su hija Ana (nombre ficticio real), había conseguido un novio con casa, cuando él ni le pasaba dinero a su mamá para las arepas porque todo se lo gastaba en el Parlay y por eso buscaba novia, ya que estaba amenazado de que lo botaban de la casa sí no producía, lo que él tomó como un aviso de pronto desahucio. 

Los planes frustrados podrían haber quedado allí, pero cuando alguien tiene un día de esos en los que parece que tus antepasados se robaron al Niño Jesús y tú estás pagando sus culpas, todo empeora. 

No pasó mucho tiempo antes de que el timbre sonara de nuevo. Esta vez eran los amigos de Luis, que también habían sido corridos de su casa y querían ir a jugar a la Play y beber con el mejor de sus amigos; pero como éste los corrió, fueron a visitar a Luis (el desconocido de nombre verdadero), visita inédita, porque jamás habían ido a su casa, pero esa noche que Luis pretendía jugar al Matarile Rile Ron con Ana, se les antojó.

¡Trajimos nuestros vasos térmicos para que los llenes!, gritaron los desgraciados, mientras la mamá de Ana veía horrorizada la actitud de los amigos de Luis que era motivada por el papá de Ana que tenía ganas de alcoholizarse feliz de que iba a librarse de la hija menor, que aunque se veía bien hasta el cuello, la cara ameritaba un filtro o una bolsa. 

Mientras Luis intentaba mantener la calma y que no le diera un paro porque ligó Viagra con aguardiente y un disgusto, el timbre volvió a sonar. Ahora eran los vecinos, que habían visto al gentío y pensaron que estaban invadiendo la casa. 

“¡No queríamos que la casa fuera invadida por extraños!, dijeron mientras escondían las sábanas, manteles y picos que traían con ganas de ocupar ilegalmente la casa y entraban con sus hijos perros, gatos y un chivo que habían adoptado recientemente. 

La situación se volvió aún más caótica e hizo memorable por razones más allá del estupor a estos planes frustrados, cuando llegó un repartidor de pizza con una orden que nadie había hecho. 

“¿Quién solicitó Pizza Extra?”, preguntó, mientras todos se encogían de hombros y aceptaban la comida, poniendo a Luis a pagar el delivery al repartidor que tenía cara de atracador; le fue cancelado con lo que iba a pagarle el taxi a Ana para que se devolviera a su casa luego de haber cumplido la misión con ella y descompletó lo que le dejó su papá para que pagara el Internet.

 

Finalmente, cuando Luis pensó que no podría más nunca tener la casa libre para hacer el sin respeto con Ana (que no tenía ella tampoco intención de ceder, especialmente porque se fue sin depilar según le confesó al de los planes frustrados llamado Luis) la situación logró empeorar cuando apareció un plomero en la puerta. 

“Me llamaron para una emergencia”, dijo, aunque nadie recordaba haberlo llamado. Mucho más sospechoso, ¿Plomero de noche?, ¿Sin herramientas?, ¿Con una pistola en la cintura?

Decidido a hacer su trabajo, comenzó a revisar las tuberías, añadiendo más ruido y confusión a la noche. Cuando se le consultó cuál era el problema, dijo que el problema era allí no había nada qué robar, por lo que comenzó a echar plomo al aire, como todo buen plomero. 

Ana y Luis se miraron y ella no pudo evitar reírse al decirle a Luis que ella llamó a su padre para que le rescataran, pidió la piza y el plomero era un primo con el que tenía un negocio de seducir a hombres y robarle sus cosas y que por eso no se pasó una Prestobarba por las piernas.

Su noche romántica se había convertido en un caos total, los planes frustrados terminaron en heridos, amordazados, desvalijamiento de algunos muebles viejos y un hombre con la sangre levantándole al hijo de Odín para nada.

Lo único que quedó fue la caja de la pizza, la comida quemada, amigos con los pantalones orinados, unos padres desencantados y un hombre dolido en su orgullo y que más nunca planeará una noche romántica con final feliz, porque por lo visto, salen muy caras.

¡Ah y lo botaron de la casa porque no pagó el Internet y la mamá no pudo ver el final del video de la muchacha coreana que perdió la memoria y no recordaba que estaba casada con el hombre más millonario de Corea y él no sabía quién era su esposa!

Además, su papá le encontró a Luis el Telegram XXX y se lo quedó porque era mejor tocarse a sí mismo que tocar a la mamá de este.

FIN THE END

Argenis Serrano

P.D.: A Luis lo están acusando ahora sus vecinos de haberse comido el chivo. 

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