Números que Detesto

Las personas mental y espiritualmente sanas como yo, tenemos algunos números que odiamos. Es algo normal y si usted no lo cree así, es usted quien tiene problemas y de seguro anda enemistado con seres vivos que es peor, no con los números que detesto, como yo.

Claramente no me puedo enfocar en las cifras mayores, eso sería una locura. Especialmente cuando son en dólares, satoshis o quizás en bolívares.

Entre los números menores no me metería con el 4, el 13 y el 69 porque tienen su historia. Ellos, no yo.

Como esto no se trata de mí porque me tomaría una eternidad llegar al fin, sino de los números que detesto que son menos en comparación a mis cuitas, voy con la explicación que les tiene en suspenso, no por conocer el motivo de que algún número pueda o no gustarle a alguien, sino porque les mama el chisme.

números que detesto
 

Números que detesto

1: El número 1 es el único número que sólo tiene un divisor: él mismo. Y esos que se creen el número 1, son insoportables. Además, me parece que cosas como 1 dólar, 1 viaje gratis o 1 beso, son algo limitado si valen la pena repetirse.

6: Aunque lo llamen el número perfecto, todo lo que involucra a este número, se siente de mala suerte, salvo el volibol femenino con sus 6 jugadoras por lado y lado o el caballero de la 6ta casa de Virgo, Shaka.

11: El primer capicúa representa a la vida, que empieza con 1 y acaba con 1. Además, cuando pasaba una materia con 11, sentía que ni siquiera había un ambiente milagroso, ya que el milagro es pasar una materia con 10.

14: No sé por qué, pero me cae pesado. Quizá por el día de San Valentín.

22: “Los dos paticos”. Recuerdo que cuando tuve esa edad no generé dinero porque estuve ese año sin empleo. Y no es que me fascine trabajar, pero sí me gusta mucho comer.

26: Este ya lidera entre los números que detesto, porque un día 26 falleció mi padre.

45: Tampoco recuerdo por qué lo coloqué entre los números que detesto, pero la verdad que le tengo una ojeriza.

55: En un viaje que hice, me hospedé en una habitación con este número. Entre las chinches y los gritos de las parejas que estaban haciendo no sé qué, pero gritaban, pasé una noche de perros. Y el número se ganó la rifa de que le tomase rabia.

56: Porque los que más gritaban estaban en esta habitación.

66: El número 66 es el número del astrológico asociado con el equilibrio y la justicia. Pero yo no creo en la astrología. Además, le colocamos otro 6 y listo, ya nos llevó el diablo.


74: La edad de mi padre al fallecer. Más que detestarla, me llame de melancolía y preguntarme, ¿Por qué no se lleva la muerte a los que hacen daño y nos dejan con números en rojo al país, en vez de a los buenos?

98: Por cierta debacle que comenzó justamente desde diciembre de ese año en el siglo XX.

106: El número 106 es el número atómico del seaborgio en la tabla periódica de elementos y como yo no sé qué es el seaborgio y si me hace dañó, ya de una vez la agarro en su contra y contra el número que la representa.

110: Era el número de mi tarjeta de entrada en un lugar donde trabajaba. Ahora el numerito me cae de la patada.


111: El número 111 es conocido como un número angelical en numerología y se considera un mensaje de los ángeles de que estás en el camino correcto. No es que sea uno de los números que detesto, sino de los que no le tengo tanta confianza (porque siempre pido deseos a la 1:11 y a las 11:11 y nada que se me cumplen).


116: En la misma secuencia de los seis, los once, etc. Vean que soy consistente en mi conflicto.

119: Porque es el número que antecede al 120, la edad en la que voy a fallecer comiéndome unos doritos y su condimento me hace estornudar y se me rompe el bazo.

121: Además de ser múltiplo directo del 11 por sí mismo, me da rencor el que no podré llegar a esa edad, sólo por haber comido Doritos. Y lo más sorprendente es que a mí no me gustan los Doritos.

Del 0 sólo hablo mal a las 24 horas luego de haber cobrado, cuando veo que mi cuenta bancaria llega de nuevo a esa cifra. De resto, le doy salvoconducto si está varias veces a la derecha de cualquier cifra monetaria a mi favor.

Detalle especial: Algo que puedo meter entre los números que detesto (obviamente porque es una fundamentación coherente, lógica y para nada motivadora a solicitar cita en el psiquiátrico), el punto es que no me gustan las ocasiones pares porque:

1 es por investigar

2 porque hay que dar segundas oportunidades

3 es porque realmente te gustó.

@Humoristech 

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