Cuento para Adultos: "EL CHAMITO FEO"


Sí, es El Chamito Feo (Chavito, Muchachito, Pibetito, Parcerito, Mocosito, etc., nada de “Patito”, éste no es su caso, ya que no es como una nevera, frío adelante y caliente atrás). Esta, es su resumida historia…

Sucedió que nació un niño que el médico y la enfermera que lo partearon, dieron gracias al cielo que no era hijo de ellos. Rápidamente se lo entregaron a la madre y ésta buscó la manera de devolverlo o canjearlo. Varias veces lo dejó en el hospital y se lo regresaban.

Rápidamente el niño aprendió a gatear y caminar, casi que a valerse por sí mismo como Matilda, la niña de la película, pero sin poderes. Era eso o morir. Cuando lo sacaban de paseo, volvía solo o acompañado por la policía. La UNICEF no sabía sí ayudarlo o pasarlo a la protección de Greenpeace. El bullying le era poco ya que él mismo se lo hacía al verse al espejo.

Cuando estaba con los vecinitos que le buscaban porque a alguien había que joder o cuando les gustaba una niña, con la presencia de él las niñas se fijaban con más razón en ellos, era caso común que alguno dijera, “mi mamá me hizo una torta por mi cumpleaños, ven tú, tú, y tú, y tú” y cuando llegaba al chamito feo le decía “tú no, ya se acabaron los cupos”.

En la escuela y liceo, cuando se hacían grupos para las tareas, la maestra decía, “grupos de a dos y uno de tres para que el chamito quede solo”. Los profesores amenazaban al pobre chamito feo con aquello de “no aceptaremos que además de feo, seas bruto, estudia, no vamos a aceptar otro año viéndote”.

Llegó el día crucial en que escuchó de un joven al que le gustaba una chica y ésta no le paraba, algo que lo marcó, “ese chama no me para y sabe que me gusta, pero ya va a ver, me voy a meter a la Academia Militar y cuando me vea con el uniforme me lo va a querer mamar siempre”. El chamito feo quedó impactado de que un chamo de buen ver, no pudiera levantarse a una mujer y se dio cuenta que el asunto era más que físico, era cuestión de feeling.

Entonces al salir de bachillerato, optó por hacer como todos los que tienen 17 años, se metió a un gimnasio a sufrir y a estar con otros que por estar todo el día reventándose en el gimnasio, no tenían suficiente oxígeno en el coco como para estar inventando insultos a su físico.

Y bueno, invirtiendo dinero en productos legalmente nalgabólicos, el chamito feo fue cambiando y para no sentirse tan vacío, comenzó a estudiar y trabajar como Community Manager, donde pocos le veían la cara y muchos le veían la mente.

Trabajó con páginas web de otros países y comenzó a ahorrar en dólares y euros. Sacó una carrera en Comunicación Social, Locución, se hizo comediante de Stand up Comedy, escribió sus propios blogs para no andar mendigando trabajo en portales que le exigían mucho y le pagaban poco y comenzó sin miedo a tomarse selfies para colocaras en Instagram. No tenía un gran físico, pero desarrolló una personalidad arrolladora y una economía sana en un país enfermo; tuvo altibajos, pero había superado lo del chamito feo para pasar a ser un caballero ameno. Además de buen amante, gran amigo y mejor amante.

Mientras, todos los que le decían feo y se reían o lo usaban, se fueron poniendo viejos, parece que los rodaron espichados, no saben aguantar el paso de la vida y de las arrugas, les soplaron el bistec, no duran en los trabajo, no se les para, andan arruinados, tienen que beber cocuy puyado porque apenas para eso les alcanza y las mujeres que lo rechazaron andan criando varios hijos solas, engordaron hasta perder los rasgos y eso que se creían modelos, los profesores y colegas y compañeros muchos han muerto jóvenes por dárselas de la gran vaina.

Y el chamito feo…ahora, el caballero ameno, tiene amistades reales y virtuales de calidad, su mente es más apreciada por su contenido, se le dice humanista, no acepta crítica por estupideces ni reproches por sandeces u opiniones ácidas pero fuertemente válidas ya que no tienen odio ni rencor y cada vez, pese al paso de los años, se ve sano, lozano, ameno, buen amigo, buen hijo, mejor amante, con una gracia y una personalidad arrolladora que él mismo no se aguanta y con menos complejos, mientras que los que lo jodían, se les devolvió el bumerán.

Moraleja: Mira como jodes, porque así podrás ser jodido; luego no digas ¿por qué yo?, cuando debes decir, ¡esto es por yo, ser yo!

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