No les quiero alarmar pero
la época de las tabernas, (no las cavernas, disléxicos e incultos), donde
comenzaban las aventuras de caballería, ya terminó. Hace un largo rato.
Con el paso del tiempo se
transformaron en grandes hoteles que competían por tener estrellas y muchos se
volvieron áridos para la mayoría. Sí, es como lo están entendiendo, caros,
inaccesibles, pasados de temáticas para hacerlos más caros, frustrantes de
vacaciones familiares, en pareja o solos.
Aunque siguen existiendo y
se aplauden porque son fuentes de empleo. Y el trabajo no es malo, malo es
tener que trabajar.
Pero hubo genios que
pensaron lo siguiente, “sí la gente quiere vacaciones y yo estoy en buen lugar,
tengo el espacio físico y puedo atenderlo o dárselo a una concesionaria, ¿qué
hago pensando y no actuando?”, de esa manera nacieron las hostelerías, posadas,
hospedajes y millones de personas nos hicimos felices porque nos daban lo
necesario por el precio justo. Es más, dan algo más: calor de hogar.
Pero uno no ve tras
bastidores y es eso lo que vamos a tocar someramente para verle la gracia en el
sabor. Ellas se tienen que tecnificar y
unirse a la red mundial para estar al día, organizadas, fiscalizadas y apoyadas
o se van por el barranco de las malas inversiones.
Las que saben lo que les
conviene y es bueno, usan un programa de gestión de apartamentos turísticos y es allí donde les reservan la habitación y así
saben con quiénes cuentan la siguiente semana, día, mes, año y eso les hace
tener los costos bajo control y saber que vivirán más, porque la gente les
conoce.
¿Y cómo les conocen?, ese
sistema los promociona en línea, coloca sus imágenes y les lleva a su sitio
web. Además, como el mismo le enseña a los responsables cómo hacer promociones
que sean rentables para todos, la gente reserva a mejor precio, dice sí
pospone, sí no va, qué comida quiere, qué habitación, que sí van de luna de
miel o sí los niños requieren una cama grande para brincar...o la quieren ustedes para lo mismo.
El sistema pone en línea a
todo el hotel, desde la recepcionista a la contadora, al señor que limpia las
piscinas y a la recreadora, para que sepan cómo van a atender a cada huésped o
grupo. Así, no sólo están atendidos con el corazón, sino con organización.
Trabajar con agencias de
turismo, organizaciones que crean eventos, tours y demás, se hace más práctico
con el uso de la tecnología. Amarran un buen paquete de clientes y a su vez sientan
bases para ser el sitio idóneo a la vuelta de cada quien.
Un sistema de gestión de
apartamentos turísticos de calidad, le dan la línea correcta a cada lugar de
pernocta, relajación y diversión (ergo, hostelería, pequeño hotel, posada,
etc.), para que todo esté legal, fiscalizado, organizado, sea afín con el
cliente individual que le contacta desde lejos, con la gente que lleva masas a
los hoteles, con las agencias de viajes que deben recomendar a sus usuarios
donde pegar el ojo con calidad aunque sea una noche y más.
Ya no se llega buscando
una aventura épica contra demonios y molinos de viento. Ahora a las hostelerías
se llega con reservación e idea de dónde estarán, para vivir una aventura que
saque a los demonios y las desilusiones y dé cabida a momentos de ensueño e
ilusión, como se espera de un sitio de estadía que sea del tamaño que sea, sí
es grato, siempre será considerado por lo que en realidad es, un Gran Hotel.
¿Y sí tú y yo reservamos
unos días ya?
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