ÉL ES EN REALIDAD UN GRANDÍSIMO DONALD
TRUMP*; esa es la definición más idónea para Donald Trump. Pero, ¡que baile que siempre
se atraviese el bendito pero!**, todo depende del cristal con que se diga. Sí,
porque la entonación, sentimiento y argumentación no es la misma.
Yo le digo que es un Donald Trump porque tiene
dinero y no me da. Más por otra parte, sí me da, algo raro estaría pasando y yo
no soy raro ni nada pasará. Entonces es un Donald Trump por tener y quizá yo
por envidioso de que él tenga.
Es un Donald Trump y bravucón, que lanza tuits o
mensajes televisivos a título personal instando a la gente a que se le alebreste,
les declare guerra comercial o de la otra, no importa, total todas las guerras
son estúpidas, menos las de cuerpo a cuerpo, desnudos en la cama. Y él hace eso
sólo para que luego de llamar su atención, cambiarles el tono, irles por
debajito, con un “vamos a hablar”, “negociemos”, “éste Presidente o mandatario
o líder es chévere, me parece una buena persona, él va a entrar en razón y sé
que vamos a poder seguir haciendo negocios”.
Primero les saca la rabia contenida, los hace
meterse en el callejón de la frustración, los envalentona, los hace hacer y
decir cualquier cosa contra los Estados Unidos de Norteamérica, el comprar y
vender se trastoca y luego terminan reunidos con él de los más amigos comiendo
hamburguesas. Allí es donde muchos debemos decir que este Donald Trump es un
vivo, juega con la soberbia y después tiende puentes de última tecnología.
Es un Donald Trump que frustra los juegos de
guerra tanto como frustra los intentos por combatir el cambio climático, lo que
lo hace un Donald Trump con matices bipolares, porque ayuda, pero no ayuda. Es
como tratar de identificar su color de piel, sí es catire, naranja o sí se está
escarapelando y no ha ido a un taller de latonería y pintura.
Con las mujeres ha sido un Donald Trump y él
siempre termina alegando que ellas lo son por igual o más. Sean o no, ellas
siempre ganarán ante la ley aunque no hayan aún ganado ante él. Por igual con
los migrantes, ha sido un Donald Trump aplicando el “por uno, pagan todos”,
aunque casi todos los indocumentados no son malos, él los devuelve porque en
sus países deberían tener las oportunidades y derechos de bienestar que unos
coñoemadres les niegan. Él queda como un Donald Trump y no lo niega como sí lo
hacen los coñoemadres que empujan a la gente a irse con la pura bendición de la
madre a USA.
Un rolitranco’e Donald Trump que se ha dejado
hacer roast, bullying, ha sido demandado –especialmente por ser rolo’e Donald
Trump- y sigue vigente, aspirando una reelección al cargo más alto de su país
como lo es el de Presidente y sí quiere más, podría optar a Papa y a lo mejor
queda o a dueño del infierno y jode al diablo que quizá no es tan
ambivalentemente Donald Trump como él.
Es sendo Donald Trump con los improductivos, no
le gusta la flojera, le gusta que la gente trabaje sus 8 horas o más, produzca,
invierta y que haga para ser y sea para hacer. Eso hace que los vagos le tengan
la misma rabia y odio que los ilegales, las mujeres, los demócratas, los
conservadores, los artistas, deportistas, los ambientalistas, los otros ricos
que se sientes desplazados en el título de reverendo Donald Trump (salvo Bill
Gates***). Eso de poner a trabajar a la gente es pecado para los que les gusta
ser mantenidos, pagar todo barato y que la gente sea igual pero hacia abajo,
como quiere cierta raza de Donald Trumps.
En fin, de éste Donald Trump no queda otra cosa
que esperar lo inesperado de lo que sí se le espera, algo incomprensible y que
es típico en él. No procure entenderlo, es algo muy Donald Trump.
Donald Trump es el Presidente número 45 de los
Estados Unidos; amado por algunos y odiados por demasiados. Pero tiene algo que
no tienen otros coños, y es que se puede aprender con él a: negociar cara a
cara, invertir a futuro, aspirar a más, no pisar a nadie (quizá él lo hizo,
pero usted no debe copiar cosas malas), jugar en toda área, desde programas
como el Roast de Comedy Central, salir en caricaturas como el Increíble Mundo
de Gumball y otras, darse unos mamonazos en Wrestlemanía contra otro millonario,
decirle a varios inversionistas que lo están haciendo mal y que el dinero se le
da al que propone, tener concursos de belleza siendo misóginos hace que sea
factible tener una licorería siendo alcohólico pero aún así no dar pérdida y
sobre todo, aprenda que a la gente no se le trata mal.
Hay Donald…digo, coñoemadres en nuestros países
de los cuales ustedes podrían aprender a no ser ellos, pero jamás a tener
ejemplo de que al ser lo contrario a Donald Trump, a su vez aprender a sacar lo
bueno, útil y rentable de el sujeto más extraño del mundo.
Y para quienes aman y odian a Donald Trump, acá
les dejo un par de videos para que se sientan complacidos.
Yo creo que es un Donald Trump chévere, que busca
la productividad y que nadie venga a jorobar en su casa, sino a cooperar para
la pizza y con el cual podría hablar****, su país visitar y jamás ofenderle,
pero tampoco alabarle. Además, sabe quitar del paso y poder a los Donald Trumps
que sí de verdad son unas plagas, ya lo estamos viendo, aunque nos saldrá caro. Él no es para adorar y parece que ni para atacar, aunque es alguien que es algo y eso lo determina usted y se suma a la lista que a él no le importa a menos que haya negocio. Y mejor me quedo quietecito, porque hay otros que sí dañan más que él.
*Cambiado porque sí no, yo sería peor que
telesur.
** Frase de Perucho Conde
*** Nada, sólo quería colocar 3 asteriscos
**** No quiero que me nieguen la visa americana que
no pensaba solicitar hasta ahora que lo pienso bien, por esto; sólo es para
mostrar las bondades en sus anti bondades en pro de mejorar. Soy loquito, pero
sanito.
Argenis Serrano - @Humoristech
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