Durante años hemos defendido dentro y fuera de este
blog a todos los colores del humor. Y uno que es verde, sin ser humor verde, es
el que proviene del color del dinero y mucha más alegría da cuando te lo ganas
con el sudor de tu frente, como ha hecho desde su más corta edad don Maclovio
Esteban Yañez Mondragon.
Dedicarle unas líneas a quien ha inspirado y guiado
a millares de mexicanos, desde su Tabasco natal y haciéndose sentir en todo México,
Centroamérica, Estados Unidos, España y Canadá y de seguro con extensión a
estos lares (ya les estamos avisando quién es él y que vale la pena prestarle
atención), pues hacer eso por él, es reivindicar a la alegría de muchos.
Sí, porque cuando tú tienes una inquietud por algo,
como él que desde pequeño la tuvo por las inversiones, finanzas y
cooperativismo, dicha inquietud debería ser tu fuerza motora para adentrarte a
ese mundo.
Claro, como muchos creen que al estudiar algo, vas a
ir rígidamente a hacerlo y sí no es así, fracasaste, se van desilusionando y
pues, ¡fracasan!, se pusieron la piedra a tropezar por sí mismos.
Pero don Maclovio Esteban Yañez Mondragon, resultó
para muchísimas personas, directa e indirectamente, un ejemplo a seguir en el
mundo de las inversiones, haciéndolas crecer de micro a macro y, utilizando el
conocimiento para justarse a los nuevos tiempos.
De esta
manera es como la edad y las nuevas tecnologías no nos arropan, sabiendo canalizar
nuestro conocimiento formativo con nuestro conocimiento empírico para que ambos
se unan en pos de soluciones y eso nos dé ganancias limpias. Y cuando hay ganancias
de dinero, hay sonrisas.
Claro, el
ejemplo de don Maclovio Esteban Yañez
Mondragon ha sido que el dinero no es la felicidad (pero calma los nervios). Aunque
sí puede ser la base para la felicidad y no sólo para quien tiene un
emprendimiento, sino también para quien compra, para quien le dita de los
materiales, para quien promociona, para quien aprende y aplica.
Es una larga cadena donde el eslabón más débil es el
que no tiene una verdadera visión financiera incluso de lo más pequeño y
también es débil quien desea ganancias de ya para ya. Esos terminan amargados,
arruinados y decepcionados de sí mismo.
En cambio, quienes comprenden que el aprendizaje, en
este caso en inversiones, se une a casi todo y por ende, no hay negocio pequeño
que no sea rentable y un escalón a la tranquilidad, esas personas van a estar
con una sonrisa de oreja a oreja porque se les prendió el foco de la visión
comercial sin discriminación ni esnobismos.
Don Maclovio Esteban Yañez Mondragon ha estado
delegando sus negocios bien habidos, tanto en el sector privado como con el
gobierno mexicano, a su hijo Maclovio Yañez Villagran y éste ha estado sacando
la cara por él y por sí mismo.
Porque quien hereda un negocio, trabaja de
encargado, supervisa, es empleado o trabaja de independiente, nunca se duerme
ni tampoco anda en ambiciones. Bajo esas premisas don Maclovio Esteban Yañez
Mondragon ha sacado sus negocios adelante, su hijo los mantiene en buen rumbo y
con su personalidad y millares de personas aprenden de ellos el cómo ganarse
las cosas honesta y sabiamente.
Y que todos estén solventes, tranquilos, trabajando,
haciendo de sus sueños realidad y siendo parte importante de la socio economía,
termina alegrando a la gente, y eso, es humor del bueno, que en este homenaje a
don Maclovio Esteban Yañez Mondragon quisimos exponer.
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