Envío de Remesas


Uno de los sueños más grandes de las personas que se quedan luchando en sus países, aunque las condiciones sean adversas y la generación de dinero sea nula, escasa o, en el caso de Venezuela, un hoyo negro que incluso traga dólares y euros, es el sueño de tener un familiar en el exterior, laborando, feliz y que principal y frecuentemente, te haga un envío de remesas.

No puede haber una muestra de amor y cercanía más grande que ese. Incluso pueden durar semanas sin escribir un WhatsApp o un email o hacer videollamada. Pero semanas sin enviar dinero, es una sensación de desamor tan grande que agranda la distancia física, con la distancia emocional.

Y en esto –porque me doy por aludido y me incluyo- es que uno se pregunta, ¿Cómo no va a hacerme un envío de remesas si tiene una oficina de envíos cerca y por este lado, hay un Locutorio cerca de Mi que me facilita la llegada del dinero?

¿Es que acaso cree que ese esfuerzo me va a molestar o me sentiré incómodo porque no buscó otro método electrónico?

¡Yo puedo hacer el esfuerzo de ir al Locutorio a buscar las remesas y/o cualquier otra cosa física que guste mandarme!, ¡¿Cómo me va a molestar asistir cada quince días a buscar el dinero que con tanto amor y en cantidad suficiente y siempre creciente, me envían?!, ¡Eso sería cínico de mí parte!

envío de remesas
 

Valores intrínsecos y hasta supraconstitucionales ligados al envío de remesas

Cuando ese paquete de amor y ternura llega a la mano, aunque sea 3 o 5 de alta denominación, que no pesan mucho en físico, pero sí en sentimientos, lealtad, apoyo y demás cosas que sí son valiosas, realmente que la vida mejora, ya que uno se llena de valores.

Valores como ropa, zapatos, perfumes, teléfonos, laptops, computadoras, televisores Android, WiFi y el pago del servicio de Internet, salir a comer a la calle, conciertos, juegos deportivos y apostar en carreras de carros o peleas de gallos.

Incluso uno las invierte en gastos superfluos como hacer mercado, tapar el hueco en el techo por el cual tu familiar en el exterior anda siempre preguntando que sí lo reparaste.

Colocarle un emplaste de cemento o mastique por uno mismo, fotografiarlo y enviárselo, es uno de los alivios más grandes que puedes darle a ese familiar o amigo querido que de todo corazón te hace envío de remesas.

Y al hacerlo, obtienes todo el derecho de pedirles más; incluso de regañarles por los retrasos o cuando colocan excusas de que tienen muchos compromisos allá y trabajar más horas que las que se trabajan aquí.

Está muy mal echar en cara esas cuitas, en especial cuando es algo que asumieron. Uno debe decirles que sigan echándole piernas y generando, porque son gente de palabra y no se van a achicopalar o decaer en el cumplimiento de sus compromisos, en especial el de hacernos un envío de remesas cada semana o quincenal, sí envían de una vez el doble más una propina por el retardo.

Los valores fundamentales del hombre y la mujer laboriosa jamás deben quebrantarse con excusas, hay que echarles ganas y cumplirle a su gente que se quedó en el país natal, haciendo o no haciendo, eso no importa. Lo que no puedes es procurar que se mueran de hambre, nada más porque te sientas aliviado que no les verás palideciendo en sus capítulos finales por inanición ya que no tienen para comprar sushi, ceviche, Cordon Bleu o demás alimentos vitales para subsistir, acompañado de un buen ron nacional o un whisky o cerveza, en su defecto.


No te olvides que, quien eres ahora, es por el lugar de dónde viniste

Y que allí dejaste mucha familia, amistades y un portero de edificio pensándote y recordándote siempre, anhelante de que le hagas un envío de remesas constante más uno en su cumpleaños, aniversario, Navidad o feriado católico, aunque sea evangélico, santero o ateo.

No nos olviden, que nosotros jamás le hemos olvidado; y cuando nos envían remesas, más les recordamos y sentimos su calor y candor.

Amigos y familiares en el exterior, yo espero que hagan su afecto, en efectivo,  incluso podría aceptarlo en digital. Pero no dejen de manifestarme amor, porque me entristezco, me marchito y muero.

Y eso mismo, decimos quienes nos quedamos en países que requieren de ayuda con envíos de remesas. No sobrecargues tu conciencia de pesar; alíviala girando dólares, euros, yenes, libras o criptomonedas. De seguro, que nos llegarán.

Firma: El anhelante de remesas, Argenis Serrano - @Humoristech 

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