Sí,
le fui infiel y no me da temor confesarlo. Hoy, sé que me extraña mi cama,
porque un cuerpo como el mío, jamás se olvida.
Y
es que cometí la única infidelidad perdonable, con una cama balinesa exterior, la sensación única de estar de lo mejor en
cualquier parte.
Así comenzó todo...
Me
dieron el chance, por parte de la empresa BALI BLISS, de probar una de sus
famosísimas camas balinesas. No porque yo sea influencer, sino que durmiendo,
me veo más tierno y daba la imagen perfecta, incluso mejor que una de esas
parejas de modelos de revistas o un bebé recién nacido.
Su
producto es un imán para el buen dormir, reconocido a nivel internacional por
resorts, hoteles, hospedajes frente al mar, ríos o campos; los usan en fincas,
clubes, centros de relajación y se adaptan a balcones y terrazas de casas de
todos los estratos.
Esas
camas balinesas son una manera paradisiaca de vivir la vida, estén donde estén.
Es como un trono en el cual duermes, haces un castillo con naipes, te comes un
pollo al horno, ves televisión o haces cosas sabrosas. Yo, dormí, vi
televisión, hice un castillo de naipes y me comí un pollo. 4 de 5 no está mal.
Pero
bueno, les cuento que esta gente de Bali Bliss fabrica estas camas pensando en
todos. Hay algunos que se les ocurrió la mala idea de hacer que las camas
balinesas fueran para los snobs o lugares en extremo caros, cuando quienes la
crearon en Indonesia, la visualizaron como una manera de que todo el mundo las disfrutará
por igual.
Sí,
porque el dormir, nos une a todos, ¿por qué habría que buscar separatismo en
ello?, esta gente buscó la manera de crear una línea de igualdad y lo logró,
utilizando a la madera más maciza y casi eterna, combinado con el aluminio que
refuerza a su eternidad.
Entonces,
la unión especial de ambas (no voy a revelar secretos de construcción, pero sí
resultados), hace que la cama sea para siempre, como uno la quiere, necesita y
merece.
Pero
lo que hace que ello sea más especial, es que éstas camas balinesas son para el
exterior, donde aguantan todo: Sol, Luna, brisa, viento, salitre, corrosión, vegetación
y hasta el olvido (el de esa gente que deja de usar las cosas).
Todo
eso, para todos por igual. Porque cualquiera puede ahorrar y comprarse una cama
balinesa para exterior, en vez de esas camas convencionales temerosas que sólo
aguantan estar bajo techo.
Me extraña mi cama
El
motivo por el cual me extraña mi cama, es que ya soy indiferente con ella y me
pesa, pero es que no es lo mismo.
Me
di cuenta que no me soporta, porque aunque soy delgado y bien torneado, tengo
el sueño pesado y eso ha afectado a su colchón y el jergón.
Me
extraña mi cama, porque aunque dormimos juntos, ya nada es igual. Después de
vivir la experiencia con la cama balinesa, todo para mí, con ella, sabe a nada.
La
separación es inminente. Sé los muchos momentos que allí vivimos (dormir, ver
TV, hacer un castillo de naipes y comer pollo), pero ya lo nuestro es
insostenible.
Me
extraña mi cama, porque yo en ella, soy de lo mejor, pero ya el haber probado
una cama balinesa de BALI BLISS, fue esa locura pecaminosa que no podré
abandonar jamás.
Sé
que me extraña mí cama, pero me tengo que ir con la otra. Gracias por lo vivido
tan intensamente (dormir, ver TV, hacer un castillo de naipes y comer pollo).
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