CARTA DE
AGRADECIMIENTO A NICOLÁS MADURO POR LOS APAGONES Y LA FALTA DE AGUA.
Nuestro camarada,
amigo e inteligente e excelente Presidente. Escribo estas cartas llena de
líquido en mis ojos, entre lágrimas y sudor, para agradecer los apagones que
nos han traído a una nueva Venezuela con identidad, alejada de las falsas
comodidades impuestas por el capitalismo y el neoliberalismo salvaje. Con
sacrificio y viviéndolo como el TADEHU, usted nos ha llevado a explorar unas
nuevas alternativas que se deben agradecer; es que son tantas que no me
alcanzará el papel y el lápiz donde escribo esto y menos la luz del día que
estoy aprovechando, para alabar el cómo usted y su equipo han dispuesto que la
luz y el agua sean ahora elementos de aprendizaje y despertar de un pueblo que
estaba dormido, pero ahora está pleno de un calor de hogar; dicho hogar es la
República Bolivariana de Venezuela, la Cuba del sur.
Yo dideme de cuenta de
las cosas que para los ojos de los escuálidos y enemigos de la patria están
tapadas, cegados por su odio a la revolución y el amor a la comodidad y a los
supuestos avances tecnológicos y humanos de la humanidad humana. Yo y mi gente
de las UBCH didonos de cuenta que…
Los accidentes viales de tránsito en carros que para algunos son malos,
resulta que son buenos porque ayudan a los traumatólogos, asegurados, mecánicos
y a los compatriotas colectivos que colaboran quitando pesadas mercancías a los
camiones accidentados para que sea más fácil trasladarlos.
Menos trabajo para las prostitutas, con los
moteles cerrados; así se acaba ese mal. Y con las chicas de bien como la hija
mía la Yuleisy, ya no las llevarán a los moteles porque no funcionan y así
dejaremos la crianza de nietos no deseados.
Ya no nos dará vértigo por estar viendo girar las aspas del
ventilador.
Dormir menos nos ayudará a estar al pendiente de
que no nos ataquen los imperialistas y nos agarren descuidados.
Hacemos pintura rupestre en nuestras
cuevas…casas. El arte es preponderante.
Usamos los tobos vacíos como tambores y así
cantamos, entonando trovas, parrandas y cantos africanos a los dioses de los santeros, como el dios del chicle, el "Bubaloo".
No se nos desgasta la vista con la PC, celular ni
televisión. Ni gastamos en esas cosas que podemos vender al exterior y así
tener dólares para cambiar a bolívares que nos rinden más.
Los remates de carne que ya no está refrigerada ayudan
a nuestra economía, sólo hay que sacarle las partes verdes.
Los ladrones ya no salen de noche, porque las
linternas se les descargan y no pueden ver en la oscuridad.
Nuestras hijas ya no hacen cebo con los novios,
sino cebo para hacer velas.
El trueque desplazará al uso del dólar y así
habremos derrotado a esa moneda capitalista y demoníaca. Y el que no quiera
hacer trueque, podremos con libertad y justicia caerle a coñazos y robarlo por
traidor a la patria.
Ahora no hay que gastar en los cines para ver
estrellas, basta salir a contarlas en las noches y así seremos una potencia en
astrología y en horóscopos.
Los bombillos ahorradores ahora ahorrarán el
triple de ahorro que ahorren con éste ahorro energético.
Con una sola emisora radial que se oiga y que sea
del Estado suyo de usted, ya no se irán más hacia el otro lado, se vendrán a
éste.
Podríamos ir pensando en un plan de retiro de
postes, para que haya más espacio peatonal.
El retorno de la tinaja y la plancha calentada en
carbón es volver a nuestras raíces. Nuestros hombres nos llevarán en carretas
improvisadas para que el viento nos seque el cabello y así, ahorramos energía y
nuestros machos se llenan de músculos.
Para no implementar la cacería porque es mala,
propondremos la siembra de nuestra propia carne, pollo y queso y jamón. Seremos
pioneros en estas técnicas.
Ya no más antenas de DIRECTV que afean a nuestros
ranchos autóctonos.
Los tratamientos que usan grande máquinas y
grandes cantidades de energía pasarán a la historia y podremos utilizar la
medicina tradicional, como el parche poroso, las sanguijuelas, mascar ruda y la
corona de cariaquito morado para la cura.
Se acabarán las cadenas golpistas por WhatsApp.
Volveremos a lo oral, como hablar, gritar vivas a
la revolución y al sexo oral.
El ahorro de textiles será mayor ya que para
estar más frescos, la ropa será más corta, incluso los militares en short y
Crocs blindadas. A mayor movilidad, podremos vencer al enemigo.
Ya nadie nos podrá mandar a lavarnos ese culo.
La reducción del acto imperialista de bañarse nos
llevará a una nueva etapa del único bastión sano de los yanquis, lo que llaman
hippies, esos que son como nuestros mendigos, que no se bañan pero sí andan en
una nota de paz. Y como queremos paz, pues a bañarnos menos.
Se acabará esa bulgaridad ecológica contra la ecología
de lavar el piso a manguerazos. Será con la hoja de palma en las casas y en los
locales, aserrín con aceite para que la gente no se resbale y se sepa cando
alguien entre y evitar los robos.
El que los celulares no funcionen ayudará a la
gente a estar más cerca a través de la mente, las cartas, palomas mensajeras
como en nuestra amada Cuba y poner a los chicos a trabajar como mensajeros
orales será una forma de educarlos y sacarles el reguetón de la cabeza. Lo que
nos duele es que no podamos ver sus cadenas ni oírlas pero pueden enviarnos
proclamas y fijar carteles en las iglesias, además de usar camiones que
perifoneen lo que queremos oír de usted, en especial los bonos.
En defensa del feminismo revolucionario y
bolivariano, todas con la totona y las axilas bien peludas andaremos.
Sin agua ni electricidad, se acabarán los baños de María Corina Machado.
El acto de agresión a nuestros niños y niñas de
la patria, de meterlos a una ponchera para bautizarlos, se acabará.
Con menos horas laborales y estudiantiles, las
familias tendrán más tiempo para estar unidas, con juegos tradicionales o
actividades como contar los granos de un kilo de arena, soplar botellones de
agua para hacer música, desgarrar cortinas para que pase más aire, cortar leña,
dormir bajo las estrellas, hacer el amor en chinchorros.
El cocuy de penca desplazará al agua. Y los
niños, con leche materna hasta los 12 y tamarindo chino chupado para que se
hidraten y a su vez suelten los parásitos defecando a cada rato.
Tanto qué hacer nos
tomará tiempo, por eso queremos luchar contra Juan Guaidó que quiere imponernos
de nuevo esas supuestas cosas que llaman justas y cómodas como derechos, para
suavizarnos y hacernos víctimas fáciles del imperio de Donald Trump.
Por ello quiero
solicitarle que nos unamos, que su mensaje sea claro para que más allá de la
luz y el agua, también haya planes similares con el gas, la gasolina, las
bicicletas, la rueda, la gravedad, la lluvia, la luna y las tradiciones
impuestas como la Semana Santa, Navidad y Carnaval, fechas oligarcas impuestas
por el colonialismo que nos deben pedir perdón y que no necesitamos, ya que los
días libres se hacen por decreto como usted nos ha enseñado y con menos de esas
cosas superfluas, más tiempo libre vamos a tener así que, ¿para qué descanso,
sí ya lo tenemos?, ahora es la revolución ¿dónde la hallaremos?
Y grito maduro, desde
su piscina, ¡hágase el socialismo, que yo lo protejo!
¡Gracias Presidente
por darnos tanto sin nosotros danos de cuenta!, se despide atentamente, no sin
antes pedirle una planta eléctrica porque la neverita se me va a echar a perder
y tengo que guardar allí las medicinas de mi mamá y además un taxi para mi
marido porque tenemos 5 hijos y queremos tener más y el calor en el cuarto no
nos deja, así que lo queremos hacer en el taxi con aire acondicionado así como
hicimos a nuestros otros cinco hijos en el Chevette de mi hermano, se despide
una revolucionaria entregada ciegamente a la revolución, Zoilama Durista.
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