¿Han visto a esos hombres que salen con su novia o esposa en las fotos y mientras ella esboza una digna y espontánea sonrisa, ellos parece que están masticando semillas de limón? ¿O cuando las mujeres le cantan al Señor, ellos simplemente están allí como pasmarotes viendo, sin querer entender y mucho menos sentir?
Eso es muy recurrente en quienes frenan sus emociones
importándoles un falso qué dirán, dándole a sus vidas una seriedad que es
excesiva y una “alta” de visión de amplio espectro que con el tiempo, les van
haciendo más apagados que bombillo de barrio.
Los que le cantan al Señor
Definitivamente que cantar ayuda a sacar las penas y a
comerse unos cuantos kilos de dulces realidades, que fortalecen como la
espinaca a Popeye y curan como las semillas del ermitaño a Gokú.
Así canten en el baño, dedicarle una canción sentida al
Señor siempre será un baño de manantial de pureza para cuerpo y alma; así el
agua y el canto se llevarán las penas y el cuerpo no sólo queda sanitizado,
sino santificado.
Cantar en el carro, caminando por la calle así te vean extraño,
en la iglesia, en las fiestas familiares, en plazas, acompañando los cantos o
videos de los portales como diooda.com
y en los lugares más apropiados o en los momentos en los que hay que expresar
la dicha que se siente o drenar los malos momentos que el canto se llevan,
hacen que todos nos pongamos de buen humor y que desde el cielo se aprueben
nuestros cantos, viendo cómo las nubes dibujan una sonrisa.
Así uno empieza como a flotar, porque no le temió al supuesto
absurdo de expresar lo que se siente. Porque así son las canciones que salen
del alma, así cantes feo o a destiempo, te van poniendo de buenas. Y si eres de
los que le cantan al Señor, pues un plus de emotividad y sentido le agregas. O sea,
ganas, cantando.
Hay mucho que da para cantar, así ase atípico. Si usted
está viendo o leyendo su noticiero
de confianza y una noticia le molesta, pues cante y sáquese esa mala vibra. Si le
gustó la información, cante sus alegrías y además sea de lo que les cantan al
Señor dando gracias porque pasan cosas buenas que le hacen sonreír y
congraciarse con la vida.
Hay muchos que quieren que callemos a la risa y las
sonrisas o condicionarlas. Pues debemos hacer muchas cosas chéveres para que
ésta siga aflorando. Una de las más espontáneas es cantar cosas de ánimo y que
alegren y hagan sentir mejor a los demás; esta es una de las cosas que alejan a
los malos y hacen más fuertes a los buenos: buscar siempre la felicidad, en la cotidianidad.
Y cantando te digo, todo lo que me gusta de ti.
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