Te Cuento Lo Siguiente

Hola, te cuento en esta corta carta lo que no leerás seguramente, pero que quiero compartirte.

¿Te acuerdas que me daba pena no saber bailar?, pues me decidí a cambiar eso y ahora no tengo pena, aunque sigo sin saber bailar.

Algunas veces te comenté que bebía agua de la jarra. Me di cuenta de que eso es molesto para los demás, por eso te cuento que me compré un pote dispensador que me hace todo más fácil (FUNDAFLOJERA STYLE).

te cuento


Más de una vez te dije que el ir a Ocumare o Choroní me marea a morir y es más el dolor que el disfrute. Eso el tiempo me ayudó a solucionarlo, dejando de importarme el no ir a esas playas.

Te cuento que ya cocino. Algunas cosas para supervivencia al menos. El sabor que queda entre lo crudo y quemado, es bastante aceptable, aunque a veces queda simple y en otras, saldo.

Antes me obsesionaba por mi delgadez y falta de músculos. Ya me reconcilié conmigo y no tengo más ese conflicto, hasta una panza tipo niño con parásitos he desarrollado.

La calvicie es un nuevo elemento para mis traumas, sumado a nariz, labios, orejas. Por suerte mis imponentes ojos y pestañas seductoras llaman la atención. Al menos así –te cuento- me miento yo día a día, como para hilvanar una supuesta autoestima.

Eso sí, con lo referente al sueldo y salario, me he puesto al nivel de todo el país, así que no me alcanza para nada y me preocupa el conseguirlo. Al fin soy igual a las mayorías y te cuento que me hace feliz aunque también, me indigna.

Te cuento que sigo sin saber qué es tener novia, pareja, amiga con derecho, picardía. Me ocurre lo mismo que contigo, te cuento que es si no lo sabes: el buen gusto. Todas tienen buen gusto y por eso, no les gusto yo.

He hecho ya todo lo que quería y ya no tengo más sueños ni proyectos propios, es como jugar al sobreviviente. Eso ha sido bueno, porque no dependo de las decisiones de una persona ajena, todo corre por mi cuenta.

Aunque mi sueño –que sea realizado por otra persona-, parece un imposible y me duele. Ni tú ni nadie que conozca podría lograrlo. Sueño con ver una persecución policial en una de esas motos con carretilla ridículas que le dieron a los policías ahora, eso debe ser lo más patéticamente gracioso del mundo.

Pues eso es todo, un resumen algo aburrido pero gracioso a la vez, porque entre llanto y llanto, hay risa y risa. Espero que alguien te diga que esta carta existe.

Argenis Serrano

P.D.: La casa que no pude darte, con sus muebles y un buen comienzo que en ese momento no pude ofrecerte y por eso callé todo mi amor por ti, porque hombre de verdad enamorado no ofrece penurias ni ilusiones a su amada (salvo Condorito y Los Tres Chiflados), ya la puedo pagar y tener.

Lástima que ya te fuiste con el que te ofreció de todo y te tiene lamentablemente arrimada. Te cuento que eso me duele, pero creo que eso, también es amor, aunque sea de iguana.

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